El pasado jueves 26 tuvo
lugar el estreno de la película colombiana El
laboratorio, ópera prima del director Xavier Markus. La producción de este
formato estuvo a cargo de Radical Film y Studio X, mientras que la distribución
ha corrido por cuenta de la Fundación Distri Arte. Su elenco está conformado
por los actores Liza Verónica Quintero, Laura Henao, David Londoño, Katherine
Giraldo, Michael Hofmann, Theresa Toast y Kelli Knight, entre otros.
El argumento de esta cinta gira
en torno a Francisca, una detective que investiga
la extraña desaparición de una joven reportera llamada Laura. Su única pista
son las grabaciones encontradas en un helicóptero accidentado que parecen
mostrar una conspiración mundial sobre un virus zombi, en la que una
organización secreta en Colombia lucha por encontrar una cura en medio de
traiciones, intrigas, ataques y un bebé mutante que escupe ácido.
Xavier Markus contó que la
idea de hacer una historia sobre muertos vivientes creados en un laboratorio surgió
gracias a la experiencia previa de su productora Radical Films, la cual no solo
ha realizado producciones audiovisuales, sino que también ha organizado casas de
terror y marchas zombis en la región del eje cafetero. Como resultado de esos trabajos previos, la
empresa pudo reunir un presupuesto para desarrollar el proyecto. “A esos
recursos nuestros, se fueron sumando inversionistas privados que creyeron en
nosotros e hicieron su aporte” aseguró.
En
esa línea, el director relató que, a finales de 2016, empezó preproducción con
un proceso de arte que tomó tres meses. Asimismo, se realizó un casting en el que se optó por incluir
intérpretes extranjeros por razones argumentales: “Es difícil que el espectador
crea que un laboratorio de acá va a inventarse un virus zombi. Entonces, para
darle más realismo decidimos que sea un virus creado por científicos
extranjeros que vinieron acá porque no los dejaban experimentar en sus países.
Por eso hay zombis que son actores alemanes y las enfermeras y las doctoras son
actrices inglesas” aseveró.
Bajo
la perspectiva de Markus, El laboratorio
“se sale de la norma, no es la típica película comercial, sino que está llena
de otros elementos y otras narrativas que pueden resultar interesantes”. En ese
sentido, opinó que si bien las obras de terror colombianas no suelen recibir
estímulos estatales para su producción, eso mismo permite que sean “más sangrientas, horribles, duras y políticamente incorrectas. Creo que ese tipo de
películas van a generar un gran público aquí. No es un camino fácil, pero creo
que tarde o temprano nos encontraremos con ese público, hay buenas posibilidades”.
Sobre
el rodaje, desveló que este tuvo que efectuarse en varias etapas debido a
limitaciones presupuestales: “A veces nos demorábamos seis meses entre etapa y
etapa. El equipo técnico iba y venía, había que cambiarlo permanentemente. La
etapa inicial de grabación la hicimos en el centro de Medellín, en un local
llamado Casa de la Luna. Las otras cuatro etapas las hicimos en Pereira en
locaciones como la Universidad Tecnológica y el Centro Cultural Lucy Tejada”.
Asimismo,
desveló que se usaron efectos especiales para “simular los zombis, los
combates, los traumas, las heridas, la sangre, las tripas y el bebé mutante que
salen en pantalla. En Radical Film tenemos un buen personal de FX, así que nos
encargamos nosotros mismo de eso”.
Por
último, comentó que la película recibió un estímulo de promoción por parte del
Fondo para el Desarrollo Cinematográfico. Esto ha permitido que sea exhibida en
distintas salas de cine de Bogotá, Medellín, Manizales y Pereira.