Vivendi Universal no quiere seguir los pasos de otros grandes conglomerados mundiales, hoy en bancarrota o en vías de caer aplastados por sus obligaciones financieras. Para evitarlo ha entregado todo su engranaje y su suerte a Jean-René Fourtou, de 63 años, un especialista en reorganizar grupos de empresas. El nuevo presidente y director general asumió en un clima de mucha tensión, sin la presencia de su antecesor, Jean-Marie Messier, y con las acciones en franca baja. A su favor contó con la positiva actitud de los bancos acreedores, como el BNP Paribas y la Société Générale, que dieron señales de estar predispuestos a ser pacientes en la nueva etapa. Fourtou ha dado el aval para incorporarse al consejo del grupo a otros dos hombres de importancia en la vida empresarial francesa: Claude Bébéar, director del Consejo de Vigilancia de la aseguradora Axa, y Gérard Kleisterlee, presidente de Philips, segundo accionista de Vivendi.Vivendi Universal necesita alrededor de 20.000 millones de euros de la venta de sus activos para asegurar el pago de sus deudas. El grupo tendría un endeudamiento de aproximadamente 35.000 millones de euros, luego de invertir poco más de 77.000 millones de euros en adquisiciones de empresas. Entre las principales candidatas a comprar algunas de sus compañías figuran la británica Vodafone, el francés Lagargere y News Corporation, grupo interesado especialmente en Canal +.En el caso de la salida de Messier, Vivendi no respondió todavía sobre la indemnización reclamada, que rondaría los 12 millones de euros.