Videocolor de Argentina realizó el trabajo de postproducción de la película Historias de Argentina en vivo, un proyecto conjunto de la Secretaría de Cultura y Medios de Comunicación de la Nación y el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA). Andrés Di Tella fue convocado como director artístico y general y Marcelo Céspedes como productor.El proyecto contó con la participación de trece reconocidos directores jóvenes de largometraje y la presencia de trece artistas destacados. Cada uno de los directores imaginó y realizó un cortometraje de aproximadamente siete minutos de duración, con el propósito de desarrollar una historia de ficción, con libertad y unidad narrativa, pero siempre vinculada al contexto de recitales llevados a cabo en distintos lugares del país, como perspectiva y eje unificador. Andrés Di Tella intervino en la realización de doce separadores, filmados en Buenos Aires y San Rafael, que fueron intercalados entre los cortos y que no poseen una relación inmediata con las historias que se van desarrollando.En cuanto al proceso de realización, se grabó en un formato de video digital (DVCAM). Posteriormente, se hizo una edición offline en Avid para luego continuar con el proceso específico de postproducción, que se realizó en un Edit Box de Quantel. En esta etapa, el tratamiento fue diferente en cada corto y en concordancia con las diferentes propuestas estéticas de los directores.Los trabajos de Albertina Carri y Miguel Pereira se terminaron en el Henry, que constituye el proceso del armado final del corto con el agregado de diferentes tipos de efectos, títulos y detalles (texturas, cambios de color, ralentizados, acelerados, chroma keys, entre otros).En el caso específico de Albertina Carri, en primer lugar, se quitó el chroma, dejando las imágenes en blanco y negro. En la composición, se agregaron hasta 25 capas en algunas tomas para trabajar con cada una de ellas en forma independiente. Lo interesante fue el empleo de una variedad de texturas que el equipo Henry permite, tales como: crisp, cloth, newsprint, blur y otras que se dibujaron en el Paint Box (para posteriormente animarlas y aplicarlas).Además, se aplicaron efectos como el wrap o el bend con el fin de deformar algunas tomas y cuyos efectos dan la sensación de estar mirando a través de un lente gran angular. También se realizaron máscaras en algunos personajes con el objetivo de modificar el fondo. Dichas tomas no estaban filmadas para hacer este tratamiento, por lo tanto, se retocaron las máscaras cuadro a cuadro en el Paint Box.En el corto de Fernando Spiner, el interés se centró en la realización de fondos, agregado de títulos, texturas y realización de pequeños separadores para dividir escenas. En el de Jorge Polaco, se trabajó básicamente el color: todas las imágenes se llevaron a blanco y negro, con la excepción de las flores, rosas rojas.En el trabajo de Eduardo Capilla, el proceso se concentró en los cambios de velocidad de algunas tomas, en varios reencuadres, cambios de foco, retoque de los fondos, sombreados, además de otros.En cuanto a los separadores, con pantalla dividida en tres imágenes distintas y simultáneas, no hubo un trabajo especial. Una vez finalizado el tratamiento en el Edit Box, el Henry y el Paint Box, se llevó a cabo el proceso de transferencia a fílmico en 35mm.En suma, un elaborado tratamiento de postproducción –acompañado por tecnología de vanguardia y por un grupo de profesionales capacitados- permitió hacer no sólo un producto final interesante sino de alta calidad.