La Asociación Iberoamericana de Mujeres en la Industria de la Animación, MIA, funciona desde hace cinco años para potenciar la visibilidad no solo en roles profesionales, sino también en cómo eran representadas las mujeres en los contenidos de animación que mayoritariamente van dirigidos al público infantil, explicó su presidenta, Verónica Buide, “que las mujeres estén representadas de la manera que consideramos correcta y justa. No solo reproduciendo roles tradicionales, sino también enseñando a los niños que hay otras realidades”.
Sumado a esto tienen el informe MIA, que a partir de este año será bianual. “Está a punto de salir el de la edición del año 22”, donde se muestra la baja representación de las mujeres en roles directivos y técnicos “y también había un déficit de contadoras de historias. Hasta ahora, todos los que habían contado historias sobre mujeres eran hombres que decían que contaban cómo nos sentíamos o cómo querían que nos sintiéramos”.
A raíz de este informe, crearon la mentoría MIA Anima, que este año seleccionó nueve proyectos (tres largos, tres series y tres cortos, repartidos entre dos de Argentina, uno de México y el resto que son españoles). Mariana Loterszpil, parte de la directiva, agregó que la mentoría ha crecido en cantidad de proyectos, incluidos los latinoamericanos “porque le agregamos la categoría de cortometrajes que es como un camino más sencillo para transitar dentro de la industria”.
En Ventana Sur vienen a buscar más alianzas y quieren ver, además, si pueden reproducir el informe en Latinoamérica porque en la región no está sistematizada esta información. “Queremos ver académicamente qué marco le damos porque hay que empezar de cero”. Añadió que las únicas que tienen una sistematización son las mexicanas, pero no es anual.
Del informe realizado en España, se evidenció que no hay casi directoras mujeres de largometrajes. “Hay más en producción, obviamente, porque es más creativo. No hay compositoras musicales. Lo que hacemos desde MIA es abrir esos espacios para que las mujeres tengan esas oportunidades”.
Para Buide, lo que sí ha crecido es la cantidad de mujeres que crean historias, que ofrecen historias de animación “gracias, entre otras cosas, a asociaciones como la nuestra, pero también al apoyo de los poderes públicos. En España y en Europa, por ejemplo, las ayudas públicas dan puntos extras si hay una directora o guionista en el proyecto de animación. Esto ha empujado a muchos productores que no nos tenían en cuenta antes”.