Aunque ya hay un protocolo elaborado por el Ministerio de Cultura de Nación de Argentina sobre la reapertura de las salas de cine, la cuestión de la reapertura excede los aspectos sanitarios, según la Cámara Argentina de Distribuidores Independientes Cinematográficos (Cadicine).
“Con aforos de salas máximo del 50% (según el protocolo) y la falta de los tanques, lo que probablemente ocurra es que la concurrencia no vaya a ser importante, y entonces habrá que ver si los circuitos exhibidores apuestan a mantener los cines abiertos, aún con baja o nula rentabilidad, o incluso con resultado negativo, en virtud de los mayores costos operativos incrementados también por el covid, o si aun a pesar del protocolo deciden mantenerse cerrados. Tampoco hay, en ese aspecto, uniformidad de posturas entre las empresas exhibidoras” explicó Horacio Grinberg, asesor, abogado y apoderado de Cadicine.
2020 fue un año pésimo para la industria del cine con el sector de la distribución independiente totalmente paralizado, sin perspectivas claras a futuro y sin el apoyo del Incaa.
“Los que venden el cine argentino al exterior tuvieron alguna actividad por la compra de películas que hicieron los canales de TV. Pero también en este sector viene habiendo una concentración, sobre todo a partir de la expansión de las plataformas de streaming, que va en perjuicio del sector independiente” comentó.
Para 2021, el panorama no es muy alentador. Grinberg cree que hasta que las campañas de vacunación no sean masivas, y se pueda controlar la cadena de contagios, la situación no va a cambiar.