“Es posible que algunas productoras de EE UU recurran a los
servicios de escritores latinoamericanos no sindicalizados en la WGA, incluso
lo han publicado como amenaza para debilitar la decisión de las autoridades y
de los miembros del sindicato” comentó a PRODU el guionista argentino Sergio Vainman,
VP de la Sociedad General de
Autores de la Argentina (Argentores).
Aunque cree que tampoco tengan tanta urgencia porque aún
tienen proyectos escritos sin realizar y todo lo que están negociando es para 2025
en adelante.
“De cualquier modo, para muchos de nosotros sería muy poco
ético actuar como esquiroles para derrotar la huelga de nuestros colegas estadounidenses,
que plantean un reclamo más que justo”.
Explicó que en el caso de Argentina,
a través de convenios suscritos por Argentores, después de arduas
negociaciones, los autores de obras audiovisuales cobran por la puesta a
disposición de ellas en algunas de las plataformas. Por ejemplo Netflix,
Star+, Disney, Apple TV, Movistar Plus, Claro video pagan los derechos en
tiempo y forma por el uso que hacen de la obra al integrarla en su librería o
catálogo, independientemente de las visitas que pudiera tener.
“Los autores audiovisuales cobran un derecho de inclusión de
su obra literaria (guion) en la obra audiovisual en el momento en que la
entregan terminada. Ese pago autoriza al productor a utilizar esa obra literaria
por un tiempo determinado y a comercializar el audiovisual sin consultar al
autor. Hay diferentes tipos de acuerdos en relación con esto: puede autorizarse
solamente la emisión en una señal, en una plataforma, en varias, o hacer una
autorización general que permita la emisión o puesta a disposición en cualquier
medio. De esa diversidad puede surgir que si un audiovisual es vendido a otra
pantalla distinta de la de su estreno, el autor puede recibir un pago extra.
Depende de cada arreglo en particular” amplió.
En América Latina, a través de las sociedades de gestión
colectiva se cobran derechos de remuneración (cada vez que se transmite o
comunica públicamente la obra se genera un nuevo uso y un nuevo pago): Argentina a través de Argentores; Uruguay por medio de
Agadu; Chile, de ATN (todavía
está en desarrollo la forma de cobro a algunos usuarios); Colombia, de
Redes, y México, de Sogem.
Comentó que la situación actual de los escritores de ficción
en Argentina es compleja, porque prácticamente no hay programas de ficción
nacional en la televisión abierta, un mercado laboral importantísimo en otras
épocas. La convocatoria, entonces, se reduce a productoras nacionales y/o
internacionales que intentan colocar sus obras audiovisuales en las plataformas
y lo consiguen de manera aleatoria.
“En muy contadas ocasiones hay propuestas directas de
canales de TV abierta, señales o plataformas. Hay colegas que han emigrado a
países donde hay mayor producción (Colombia, México, Chile, España y EE UU)
buscando nuevos horizontes laborales” finalizó.