(Richard Izarra, Miami). Los últimos acontecimientos experimentados en la TV abierta de EE UU, léase el ascenso progresivo de Telemundo y la caída escalonada que está teniendo Univisión, ha llenado de complacencia a muchos personeros de la industria. Primero, porque el desmoronamiento de Univisión anuncia el fin de la arrogancia y antipatía que emana Univisión como empresa a los otros integrantes que componen la industria, incluyendo a sus propios clientes. Segundo, porque al entrar en crisis, podría resurgir otra Univisión mucho más armoniosa y acorde con el negocio, fortaleciendo la industria como un todo; y tercero, porque siempre es bueno aleccionar a aquellos que han mantenido una actitud arrogante y separatista, como lo ha hecho Univisión en divorciar su quehacer de los medios informativos, un componente básico y motor de esta industria del entretenimiento que se debe a la promoción e información en todos los niveles.El upfront presentado por ellos el pasado miércoles 16, demostró que Univisión, no sólo que no trae nada nuevo en programación para contrarrestar la artillería pesada que está implementando Telemundo, sino que las estrategias adoptadas reflejan una Univisión perdida, sin un rumbo coherente, destinadas solamente a comenzar a cavar su propia tumba.La adquisición reciente de la casi docena de emisoras de US Network por la suma de US$1.100 millones en una negociación calificada de emocional que se reporta haber durado 6 horas, sin medir las implicaciones a largo plazo que eso tendría, ha agravado su crisis, dejándola sin el flujo de caja necesario para encarar una Univisión con competencia en un mercado que está evolucionando a un gusto más universal, global y moderno (dejando atrás la marcada influencia mexicana), y en una economía menos activa.El anuncio del miércoles pasado que la cadena 2 que sale en enero, se dirigiría a aquella población joven que habla inglés y ve TV anglosajona, ha dejado pasmado a los analistas, que ven que tan magna tarea, no se hace por decreto ni con una programación invisible. El otro señalamiento que realizaría 50% de su programación, es una estrategia equivocada que no hacen las cadenas exitosas, que dejan que los independientes y los terceros produzcan sus espacios.Es importante lo que está pasando en estos momentos en la TV hispana de EE UU y es aún más importante seguir de cerca la caída y transformación de Univisión en un ente más acorde con el momento.