Emilio Azcárraga, presidente y CEO de Grupo Televisa
El suceso del 10 de febrero fue el primer capítulo y los hechos de este lunes el colofón de esa historia. Emilio Azcárraga Jean y Alfonso De Angoitia han dado el portazo a Univisión, asegurando que no volverán. Casi al mismo tiempo, Televisa ingresó una demanda contra su socio estadounidense, exigiéndole una indemnización de US$1.500.000. Dos manifestaciones de guerra en un mismo día que hacen pensar en la definitiva ruptura de una sociedad que parecía perfecta.La salida del Consejo de Administración de Univision Communications del presidente y el vicepresidente ejecutivo de Televisa trascendió recién este martes a través de un comunicado elevado por el grupo estadounidense a la Securities and Exchange Commission (SEC). Azcárraga renunció en carácter indeclinable como director Clase T, consejero propietario, en tanto De Angoitia lo hizo como director alterno Clase T, consejero suplente.La demanda presentada por Televisa ante una corte distrital de California es por un supuesto incumplimiento del contrato de programación que mantiene con Univision, en el que se estipula el pago de royalties por ganancias generadas por uno de los programas de la compañía mexicana. El demandante alega que su socio editó sin autorización algunos de sus programas que forman parte del convenio.Televisa pretende que Univision Communications la indemnice por no menos de US$1,5 millones. Además, en caso de una ruptura temprana del contrato por parte de Univisión, aspira evitar que ésta pretenda recobrar los US$5 millones en royalties que ya le ha entregado. “Esta demanda no tiene fundamento y vamos a defendernos vigorosamente contra ella”, fue la respuesta escueta de Univision Communications.Al menos públicamente, la ira de Televisa se disparó el 10 de febrero último cuando Jerrold Perenchio, principal accionista (es dueño del 11,5% y de la mayoría de las acciones con poder de voto), nombró a Ray Rodríguez nuevo presidente y director general de Operaciones. Horas después, se desataron las desavenencias: Azcárraga Jean (dueño de 9,4% de Univisión) y Gustavo Cisneros (propietario de 5,5%) le reprocharon la decisión y el no haberlos consultados.El peso de Azcárraga Jean y Televisa trasciende la parte que tienen en Univisión: sus contenidos han sido fundamentales para la posición de líder que tiene la cadena en el mercado estadounidense. Ambas tienen un acuerdo firmado que le asegura a Univisión, de forma exclusiva, los programas de Televisa hasta el año 2017.El desliz de Perenchio no fue perdonado por el grupo mexicano. El primer castigo fue la orden para que toda su tropa de actores y cantantes no participaran en el Premio Lo Nuestro, el encuentro de gala que Univisión realiza cada año. También retiró los derechos que estaban por fuera del acuerdo de exclusividad con la cadena, para cedérselos a United Media. Esas fueron las primeras declaraciones de guerra. Ahora llegaron otras dos descargas, mucho más virulentas.