Los abogados Scott Dimond y Lorenz Michel Pruss, del bufete Dimond Kaplan & Rothstein
(Omar Méndez). En el mediodía del 20 de diciembre de 2001 hubo una noticia que ganó todas las primeras planas de los medios de negocios en español. Televisa y Venevision International cedían sus contenidos a Univision Communications hasta el 2017, en exclusiva en EE UU. “Una alianza integral”: así fue calificada la unión de largo aliento en aquellos días felices. Tres años y dos meses después, lo que aparentemente discurría entre algodones mostró un alerta cuando trascendió a todo el mercado el enojo de Emilio Azcárraga Jean y Gustavo Cisneros con Jerrold Perenchio por la inconsulta designación de Ray Rodríguez como nuevo jefe de toda Univisión. La refriega siguió horas después cuando Televisa obligó a toda su tropa de artistas a tomar distancia de un evento símbolo para Univisión. No se habló más, al menos públicamente, hasta el lunes 9 de mayo cuando sobrevino la declaración de guerra de Televisa contra Univision. Hubo un doble golpe, al mismo tiempo: el adiós, jurando no volver, de Azcárraga y Alfonso De Angoitia, de la Junta de Directores de Univision Communications, y la presentación de una demanda contra la empresa estadounidense por US$1,5 millones por no haber respetado el acuerdo por regalías.El conflicto ha generado interrogantes en la industria: ¿Es el fin de un matrimonio muy conveniente? ¿Qué ganan y qué pierden uno y otro con esta disputa? ¿Cuánto daña y cuánto favorece a la estrategia de Televisa de crecer en EE UU? ¿Cuánto puede dañar la privilegiada posición de la cadena Univisión? ¿Cuál es el significado de la demanda puesta por Televisa en una corte de California por una cifra tan insignificante para el volumen de negocios que manejan los dos grupos en litigio? ¿Pretende Televisa terminar con el contrato de exclusividad? ¿Cuáles serían las consecuencias? ¿Qué recursos tiene Univision para mantener su acuerdo? Diario.produ.com ha intentado encontrar respuestas en el terreno legal, precisamente el más difícil para buscarlas: cuando son interpelados, los especialistas evitan manifestarse públicamente sobre el tema. Hay excepciones, claro, como la del bufete Dimond Kaplan & Rothstein, P.A, de reconocida trayectoria en litigios comerciales complejos. Uno de sus fundadores, el abogado Scott Dimond, y su colega, Lorenz Michel Pruss, accedieron a exponer sus impresiones, aclarando que no han examinado el contrato puntualmente y que las suyas son percepciones basadas en los acontecimientos que son de dominio público.”Esta clase de contratos presenta muchas complicaciones. Hay muchas cláusulas. Y el no cumplimiento de alguna de ellas puede ser causal de que la parte que se sienta afectada decida terminar el contrato. En principio se observa a dos grupos y a uno de ellos, Televisa, en conflicto. Suponiendo que Televisa quiera salir del contrato: Si se analiza a nivel general, no es ilegal querer romper un contrato. Hay consecuencias pero el no cumplimiento de un acuerdo firmado no manda a la cárcel a nadie”, sostiene Dimond. Según Pruss, “na de las posibilidades que se observa en este caso es que Televisa quiera romper el contrato y asumir las consecuencias que podrían ser fundamentalmente económicas. Sabemos que la consecuencia de romper un acuerdo firmado cuesta dinero y lleva mucho tiempo”. Para este abogado, en caso de que esta conjetura sea cierta, Univisión no tiene muchas alternativas para evitar el desenlace. “Esto es una suposición. Univisión dice: tenemos un contrato y Televisa quiere romper el contrato. Univisión puede enjuiciar a Televisa por querer romperlo. Y cuenta con dos herramientas: litigar para lograr un resarcimiento económico o pedir ante la corte que Televisa cumpla el contrato. Mi percepción: Es muy difícil obligar a alguien a que trabaje conmigo si no quiere hacerlo. Lo más probable que pueda conseguir es una indemnización económica”. De acuerdo a la opinión de Dimond, “en un caso como este: Televisa ha presentado una demanda que puede ser su argumento para salirse del contrato. Además, es una ventaja estar en demandante. Es una ventaja psicológica. Hay veces que algunos grupos van corriendo a hacer una demanda porque resulta conveniente para su estrategia. Eso puede crear una ventaja pequeña para el demandante”. Este especialista subraya una y otra vez las dificultades que existen en esta clase de casos y lo difícil de un diagnóstico.”No se puede hacer una evaluación. Estas son compañías muy grandes con abogados, con mucho dinero. Son casos muy complicados. Son casos difíciles de entender”, enfatiza Lorenz Pruss. Para Dimond, “aquí vale la analogía con una partida de póker: el que comienza el juego con la mayor cantidad de dinero es el que más ventaja tiene”.