Hay un hecho evidente para muchos en el ambiente de los cableros, los productores y distribuidores de canales para el cable: el cómo se han venido estructurando, con mucha fuerza en el último año, grandes networks de señales internacionales.Los cableoperadores hispanos, al momento de estructurar su programación, se encuentran con que la negociación, tan sólo con cuatro de los grandes networks, les representa una muy variada oferta de más de veinte señales, y por lo tanto el espaciodisponible para otras señales que se venden solas, se hace cada vez más reducido y competido.Ernesto Lombardi, de TV Chile, opina que las señales que se comercializan solas, a nivel latinoamericano, se les va a hacer mucho más difícil entrar a mercados nuevos.— Tu ves que se están armando los grupos con paquetes de señales, entonces señales como la nuestra, que estamos solos, batallando afuera, se nos va a ir haciendo mucho más difícil, porque es un solo producto, y por lo mismo creo que al igual que se han juntado los grandes operadores, va a haber una junta también de señales, de entrar a negociar en paquete, y eso se ha visto desde hace varios años en Argentina.Claude Montet de TV5 Latinoamérica, no disimula su inquietud frente a la situación actual y desde ya se plantea la necesidad de demostrar que el espacio que ocupan en la programación de los cableros aquellas señales que se venden solas, además de atractivas y entretenidas, son verdaderamente un producto único en el mercado. Montet no descarta la alternativa de alianzas entre señales para ofrecerse en grupo y comparte la opinión que se escucha, de que muy probablemente para algunas señales, se torne cada vez más amenazante el camino.Para Camilo Bernal de Discovery, la dureza creciente en la competencia entre señales es algo con lo que hay que habituarse, y puede ser considerado normal. Más que formar parte o no de un network, para Bernal lo que esta siendo cada vez más importante para la sobrevivencia de muchas señales, es el segmento propio y único de público que sean capaz de cubrir y atraer, y en este sentido se hacen cada vez más determinantes disposiciones y capacidades de innovación y riesgo.Hay una curiosa coincidencia en casi todos nuestros interlocutores en Cable ’97, que asegura que 1999 marcará el inicio de nuevos tiempos en el negocio del cable en Iberoamérica. Esto es en la medida en que para ese entonces, en virtud de uniones, innovaciones o desapariciones, se habrá sincerado el escenario de la oferta de señales, y por otra parte, también estará definida para ese momento, la propiedad de las cableoperadoras de todo el continente hispanoamericano, en manos de grandes grupos, con lo cual en cada país serán uno o dos los propietarios de la casi totalidad del negocio del cable.Con respecto a esta marcada tendencia hacia la concentración de la propiedad del cable, a nivel panregional, con un último ejemplo muy reciente en Argentina, y ya antes en Chile, no faltan quienes asoman la preocupación por el hecho de que la propiedad del negocio del cable pase aser de empresas que son extrañas y ajenas al mismo, y lo desconocen, y pudieran pretender manejarlo como quien se hace cargo de un banco o un supermercado.Y mientras en el ambiente de Cable ’97 se avisoran tiempos de adecuaciones y definiciones para el negocio del cable, tanto en canales como operadoras, como para corroborar lo avisorado, se presenta en el evento Gustavo Cisneros, en su condición de nuevo dueño de Imagen Satelital de Argentina, y declara a los medios de este país que a fines de 1998 tendremos en Iberoamérica un millón de abonados a la televisión directa.