Jean-Marie Messier, presidente de Vivendi, vuelve a estar en el ojo de la tormenta. Ahora es su voluminoso salario el que lo ha puesto en el paredón, y a su posición ejecutiva nuevamente en peligro. Messier ganó en el 2001 alrededor de 5,12 millones de euros en salario básico y un bonus calculado sobre el Ebitda de Vivendi. Según una nota enviada por el conglomerado francés a la SEC de EE UU, el salario total de Messier, con las stock options incluídas, representa menos del 50% de la renumeración recibida por los presidentes de otras compañías similares. El dinero cobrado por Messier, según muchos accionistas del mismo grupo, no se corresponde con la crítica situación financiera de Vivendi, con pérdidas de 13.600 millones de euros en el primer cuarto del año. En las próximas horas, apuntan analistas, la dimisión del jefe máximo del grupo volvería a ser una posibilidad cierta.