El 14 diciembre del 2017 The Walt Disney Company anunció un
acuerdo con 21st Century Fox para comprar gran parte de sus activos de entretenimiento
por $71.300 millones, luego de superar la oferta de su rival Comcast.
La polémica fusión que debió enfrentar a los órganos regulatorios
de competencia en EE UU, consigue trabas en Latinoamerica. El Consejo
Administrativo de Defensa Económica de Brasil publicó una resolución según la cual la fusión “no puede ser aprobada en virtud de que podría existir un aumento
significativo en la concentración del mercado, una reducción de la calidad y
diversidad del contenido deportivo disponible y aumento de costos,
especialmente para pequeñas operadoras de TV por suscripción, lo cual conlleva
un riesgo de afectación al bienestar del consumidor”.
Tras la fusión de los dos gigantes del entretenimiento,
señala el diario El Economista de
México, la nueva compañía detenta la exclusividad de los derechos relativos a
fútbol, un tema sensible en un país como Brasil. El dictamen da la oportunidad
a Disney-Fox de presentar un plan de medidas correctivas.
La fusión hizo que Disney se apropiara de los estudios de
cine y televisión de 21st Century Fox, las cadenas FX y National Geographic, la
participación de Fox en el servicio OTT Hulu (33%) y los canales regionales de
deportes, así como la distribución internacional de programas de
entretenimiento, deportes y cine.
En Latinoamérica incluyen todo lo relacionado
a contenidos deportivos, lo que no han hecho para China, EE UU y la Unión
Europea.
En México, la fusión se encuentra en análisis del Instituto
Federal de Telecomunicaciones, que decidirá en 2019.