(Omar Méndez, São Paulo). A Leila Loria no le gustó el tono usado por Antonio Valente, vicepresidente de la Agencia Nacional de Telecomuncaciones de Brasil (Anatel), en la exposición que abrió el debate en el congreso de ABTA sobre el nuevo escenario que ofrece la televisión de pago local. Valente entregó algunas conclusiones aisladas del relevamiento impulsado por Anatel sobre el sector -será divulgado en su totalidad este jueves- en el que se destaca lo que representa la TV por abono en la torta de telecomunicaciones: el 1,96% de la facturación total del sector, completamente insignificante si se lo compara con la telefonía fija (55,98%), la telefonía móvil (25,34%) y el sector corporativo (6,86%). El representante de Anatel puso el acento también en otros datos como el de las impresiones que se tiene de la actual oferta de la industria: es un producto para clase A, E y B; está todavía muy restricta a entretenimiento; hay pocos planos de servicios; y hay falta de contenidos que representen a sus clientes (“a la gente local le interesa otra cosa que ver qué sucede en la Casa Blanca”, dijo).Loria, presidente de ABTA y directora general de TVA, criticó el origen de esas pesquisas y la lectura que se hacía de ellas.“Esta es una industria que tiene demasiados estudios. En este caso no conocemos de dónde vienen los números de Anatel. Y no corresponde que se compare a nuestro sector con otros que han recibido el beneficio oficial (como la telefonía fija)”, dijo.“Además no corresponde decir que no hay contenidos que representen a los clientes. La TV paga brasilera há dado un salto enorme en la provisión de contenidos en portugués y nacionales. Hoy las operadoras disponen de programación bien local en cantidad y calidad, mientras se multiplica la producción”, se quejó.Tanto la exposición de Valente como la reacción de Loria tenían como base la discusión abierta sobre el Fondo de Universalización de Servicios de Telecomunicaciones (Fust), que interesa sobremanera a las compañías vinculadas con el sector. Esos fondos, aportados durante años por empresas privadas para el desarrollo de la industria, podrían ser liberados por el Gobierno en el próximo año. La ABTA se ha involucrado en la pelea porque considera de suma importancia la captación de dinero fresco.Chris Torto, presidente de NeoTV y Horizon, y Paulo Cézar Martins, presidente de Víacabo, en el mismo panel, mostraron su desacuerdo con esta visión de concentrar esfuerzos en una dádiva oficial.“Hay cosas más urgentes, como captar la clase B, crear más contenidos nacionales y muchas cosas más”, sostuvo Torto.“Pienso que debemos enfocarnos ante todo en dar el próximo paso que es vender un producto mejor y más barato y para ello debemos cambiar inmediatamente este modelo que se muestra como un gran enemigo: hay que recordar que entre el 93 y el 97 crecimos 100%; entre el 98 y el 2001 sólo el 10%; y entre el 2002 y ahora absolutamente nada”, dijo Martins.El debate fue un buen ejemplo de la realidad de la televisión paga brasilera: hay demasiado apego por los estudios de mercado; mucho rechazo por las críticas que vienen desde fuera y ausencia de autocríticas; no hay coincidencia sobre los factores que frenan desde siempre al negocio; y se mantiene la mirada fija y las grandes expectativas en el futuro (sobre todo en lo que le puede deparar la inclusión digital y la oferta de multiservicios). El presente, con los escasos 3,5 millones de abonados en un país con alrededor de 180 millones de habitantes, muestra una seguidilla de errores jamás reparados en la construcción del mercado.