El chairman de The Walt Disney Company, Michel Eisner, deberá hacer frente, el próximo miércoles en la junta anual de accionistas en Filadelfia, a las presiones que durante el último tiempo vienen comprometiendo su reelección. Mientras el sobrino del fundador de la compañía, Roy Disney, mantiene junto con el ex consejero Stanley Gold una campaña para sacar a Eisner del poder y “devolver a Disney a sus orígenes”, la polémica generada en torno a la reciente oferta de compra no solicitada por parte del cableoperador Comcast y la no renovación del acuerdo con la compañía de animación por computadora Pixar, principal artífice de éxitos como Buscando a Nemo, Toy Story o Monstruos S.A., se presentan como factores que no mejoran las posibilidades Eisner. La situación se torna aún más complicada luego de que los fondos públicos de siete estados confirmaran que le retirarán su respaldo. Estos fondos sólo controlan un 2% de la capitalización de Disney (39 millones de títulos), pero tienen un importante papel simbólico y una gran capacidad de arrastre entre los inversores institucionales. La decisión fue tomada siguiendo las recomendaciones de las firmas de asesores Institutional Shareholder Services (ISS) y Glass, Lewis & Co, cuyos clientes representan entre el 30% y el 15%, respectivamente, de la base del accionariado del grupo. Estas firmas han sugerido a sus clientes que retengan sus votos por Eisner, lo que en la práctica significa oponerse a su reelección. El sistema de jubilaciones de los empleados del sector público de California, el poderoso CalPERS, uno de los principales accionistas de Disney con 9,9 millones de acciones, criticó los “deprimentes resultados” de la compañía en los últimos cinco años y aseguró que no confía en su visión estratégica a largo plazo. Un representante del neoyorquino State Common Retirement Fund, el segundo fondo de jubilaciones por tamaño del país, señaló en un comunicado que “bajo la gestión de Michael Eisner, Disney no ha tenido buenos resultados en los últimos años”. En general, los representantes de los fondos han afirmado su preocupación por el papel dual que ha tenido Eisner como presidente y director general, y el férreo control que ha ejercido en la toma de decisiones. La campaña de Roy Disney se ha centrado principalmente en los pequeños accionistas, que tienen más del 40% de los títulos y cuyos votos, si no se expresan directamente, cuentan directamente a favor de la dirección. A pesar de que Disney y Gold inicialmente confiaban en retener los votos de un 20% de los accionistas, lo que en la práctica impediría la reelección de Eisner y otros tres consejeros, la decisión tomada por estos fondos podría elevar considerablemente estos apoyos, lo que obligaría a Eisner o bien a separar los cargos de presidente y director general o bien a presentar un plan de sucesión.