Para el director y escritor Marcos Bucay a la industria en México le falta madurar y crecer en organización. Hay mucha demanda de contenido y ante el volumen mucho del presupuesto se diluye en gran cantidad de proyectos. La falta de maduración de la industria hace que no existan tabuladores que permitan un mínimo del cual partir, como sí ocurre en otros países. Así se tiene que los presupuestos para producciones en Latinoamérica son menores que los que se otorgan a producciones europeas o norteamericanas.
“Si los creadores pedimos más presupuesto es para tener acceso a más y mejor talento creativo y más tiempo de filmación. Con lo cual, podemos entregar un mejor producto, más competitivo con proyectos de industrias más desarrolladas. Es la única forma en la que podemos competir” asegura. En el mercado global, la competencia también lo es. Pero es desigual, si son presupuestos diferentes.
Sin embargo, se trata de un mal menor, pues lo relevante es que hay mucho trabajo. “Hay más proyectos que escritores” asegura. Sin embargo, con una industria en la que los trabajadores son en su mayoría freelance, hay temas que tendrán que ser parte de la agenda del futuro inmediato, como pensiones, seguridad médica y fondos de ahorro. Tampoco hay suficientes agencias de talento fuera de cámara ni fondos gubernamentales para televisión. Son asuntos que irán perfeccionándose a medida que la industria se desarrolle.
Bucay se define como nativo digital, pues su carrera inició en YouTube y no en el cine, como muchos en la industria mexicana. “Me gusta la comedia y el entretenimiento en todos sus formatos” explica. Ha participado como escritor, productor o director en producciones como Club de Cuervos, Yo, Potro, Fer y Santi, Colibritany, Cómo sobrevivir soltero, Guadalupe Reyes, Fondeados, entre otros.
Comenta que el 2020 y 2021 fueron años de producir y escribir. “Produje dos temporadas de Cómo sobrevivir soltero que están por salir pronto; produje mi película Fondeados y afortunadamente el año estuvo lleno. El 2022 estoy terminando proyectos y empiezo el proceso creativo para generar nuevos que esperamos se concreten en el 2023 o 2024” explicó. Este 2022 está vendiendo una película con tinte latino en inglés, tiene una serie en negociaciones, y está escribiendo dos o tres propuestas para pitch, además de una película en español.
Espera que pronto pasemos a otra etapa de producción, pues el control en el set por la pandemia le quitó mucho de naturalidad para que sea espacio de creación. “No se puede hablar libremente, las personas no están relajadas, se necesita un balance. Lo mejor que le puede pasar a la industria es encontrar un punto medio para filmar como lo hacíamos antes, o al menos cerca”.