La producción de Las pelotaris 1926, de The Mediapro Studio y TelevisaUnivision para ViX, a juicio de su showrunner, creador y escritor, el español Marc Cistaré, es una apuesta “bastante agresiva y transgresora” donde, aunque están contando una serie de época, se han tomado muchas licencias con un montaje moderno, la utilización de músicas modernas y donde los personajes no se mueven “necesariamente como se movía la gente hace 100 años”.
Cistaré enfatiza que fue una decisión presentar una época que no creara barreras, que se sintiera cercana al mundo actual.
Consultado sobre cómo innovaron con esta serie, acotó: “No me pongo como objetivo innovar, sino contar historias que no hayan sido contadas. Como guionista siempre digo que lo más bonito que me puede pasar es transitar por caminos inexplorados, descubrir universos e historias que no han sido contadas. Eso es muy estimulante para el creador y creo que también lo es para el público. Para mí es la esencia de este oficio, meterse en callejones que a veces daría miedo meterse, pero hay que hacerlo”.
Indica que hay dos elementos principales que hacen este contenido universal: el atractivo de la historia, ya que son las primeras mujeres profesionales del deporte, “que se pusieron la piedra angular del deporte femenino que es ahora cuando está comenzando a estar donde merece” y los conflictos “que tratamos son universales”. Apunta que la serie hace que “como sociedad nos pongamos frente al espejo, donde creemos que hemos avanzado mucho en 100 años, pero en cuanto a los conflictos de las mujeres no hemos avanzado ni una décima parte de lo que debíamos”.
Con respecto a los desafíos de la producción, mencionó el reto de rodar en dos continentes, en tres sitios geográficos distintos con tres crews muy diferentes. “Había un núcleo de equipo que estaba en todos los procesos. Fue complicado. Luego enfrentarme a algo a lo que nunca me había enfrentado en la vida, que era a una serie de época, aunque nos tomamos muchas licencias porque me interesaba una serie que, más allá de época, mostrara modernidad” dijo. Otro reto fue rodar en todos los exteriores, acotar el tiro de cámara “y ver todas las cosas que en posproducción tienes que borrar, cambiar. Eso ha sido tremendamente complicado” mencionó.
Citó que una de las anécdotas del rodaje fue cómo les afectó la altura de México. “Hemos rodado en sitios maravillosos en México, con la altura para los españoles que no están acostumbrados, acababan mareados”. Por ejemplo, el director de Arte, Fernando González, el mismo de Vis a vis y La casa de papel, durante la grabación en las Lagunas de Zempoala, que están a 3 mil metros sobre el nivel del mar, “se echó las manos a la cabeza porque no soportaba estar a esa altura”.