Nicolás Matji está convencido de que este es el momento de la animación y los efectos visuales, no solo en España, donde dirige su compañía Lightbox y la federación de productoras Diboos, sino en todo el mundo. “En la animación hemos demostrado que somos resistentes al coronavirus, no nos hemos parado”.
Los recientes incentivos fiscales han convertido a España, y en particular a Canarias, en un buen sitio para rodar contenido de animación o imagen real. “A nivel peninsular puedes hacer una película de 40 millones de euros y te devolverán 10 millones automáticamente, y en Canarias serían 18 millones”. Es una oportunidad, agrega, para la producción propia y para desarrollar el entramado de servicios para terceros.
Matji dice que el sector todavía tiene el desafío de controlar la distribución. “Es un negocio controlado por empresas americanas, pero somos muchos los que ofrecemos ideas y no todos están en la órbita de los compradores globales”.
Asegura que las plataformas están cambiando ese paradigma. “Los Netflix que salen en cada región son una oportunidad tremebunda” dice. “Si eres una productora con mucho catálogo puedes vivir todo un año de eso. Las OTT no dan números, pero sí te dicen si están contentos o no con tu producto. Es un sistema bastante transparente: te dicen lo que vas a ganar desde el primer día y te ponen una pila de controles que debes cumplir. Según vas a avanzando, vas cobrando. Es una manera estupenda de ganarse la vida”.