En una encrucijada, sin manos que se le tiendan desinteresadamente. Así se encontraba Leo Kirch este miércoles al complicarse los términos de la ayuda financiera acordada con Rupert Murdoch y Silvio Berlusconi. Algunas piezas sueltas en ese convenio no le permiten de momento contar con los millones de euros que requiere para que su filial KirchMedia no llegue a una suspensión de pagos en la presente semana. Para evitarlo, Kirch necesita conseguir, por lo menos, 150 millones de euros. La única red posible es la ofrecida por los accionistas del grupo, Mediaset de Berlusconi y News Corporation de Murdoch. Con todo el poder en sus manos, aseguran fuentes cercanas al conglomerado alemán, tanto Murdoch como Berlusconi no desaprovecharán la situación para condicionar en extremo el salvataje. La salida del callejón la tienen los dos magnates y Kirch carece de instancias para negociar convenientemente.