Jaime Bernardo Ramos, productor ejecutivo de la serie Hernán,
producción de Dopamine, explicó que contaron con un backlot con características
muy interesantes y enormes retos. “Escogimos este lugar, a diferencia de un
foro, porque la luz es un elemento fundamental para toda la arquitectura
prehispánica, y la historia se cuenta en contacto directo con la naturaleza”
dijo sobre el backlot que mide 22.303 metros, el cual cuenta con diversas
estructuras, ubicado en las afueras de CDMX, desde donde se aprecian espacios
naturales, lagos y montañas.
“Hemos creado calzadas, lagos, chinampas (pequeñas islas
para sembradíos) y un tzompantli (altar en el que se empalan los cráneos de los
cautivos sacrificados)” afirmó, tras explicar que dentro del backlot hay varios
sets que recrean espacios relevantes: la plaza del templo mayor, la cima
y la base de la gran pirámide, entre otros. “Hemos tratado de ser lo más
precisos con detalles, como el uso de los colores, dibujos en las paredes, arquitectura,
así como la lógica de los espacios prehispánicos” dijo Ramos.
Comentó que cuenta con camerinos, aire acondicionado, baños, regaderas, dos plantas
generadoras de energía, tres pararrayos y un comedor con capacidad para 200
personas. “En este backlot, por sus dimensiones y por cómo está diseñado, hemos
tenido hasta tres unidades de grabación simultáneas operando con turnos diurnos
y nocturnos rotando, para lograr optimizar toda la infraestructura. Dopamine ha
hecho un esfuerzo enorme para hacer esta serie en un lugar único y con un
diseño de producción extraordinario” afirmó.