El creador de Pinocho para Netflix, Guillermo del Toro, dijo en conferencia de prensa sobre la película que le llevó más de una década ver terminada, que se esforzaron en que tuviera la expresividad y naturaleza de una pieza de animación hecha a mano, para ser “un hermoso ejercicio artesanal de tallado, pintura y escultura”. Del Toro comentó el orgullo que le produce haber dado a conocer al talento mexicano, al incorporar a 40 personas de Guadalajara a este proyecto.
Se trata de El taller de Chucho, equipo de titiriteros cineastas de Guadalajara, quienes trabajaron junto a otros dos equipos de titiriteros, uno en Londres y otro en Portland. “Logísticamente fue complicado, pero fue muy fructífero. Tuvimos que interactuar básicamente con Londres, Portland, Guadalajara, y triangular gente. La gente fue a Londres para aprender a hacer marionetas de forma más desafiante técnicamente” explicó.
La película que estrenará en la plataforma el 9 de diciembre de este año es una reinvención del clásico cuento Pinocho, mientras lo acompañan en su búsqueda por encontrar su lugar en el mundo. A la vez, es una reflexión sobre la paternidad y la naturaleza del ser humano.
Guillermo del Toro también habló sobre la diferencia con otras versiones de Pinocho. “Antes que nada, diría que la mayoría de las demás historias de Pinocho tratan sobre la obediencia. La nuestra es sobre la desobediencia. La desobediencia es un factor primordial para convertirse en humano y cómo convertirse en humano no significa cambiarse a sí mismo o a los demás, sino comprender” explicó, tras comentar que el primer paso hacia la conciencia y el alma, para él, es la desobediencia. Asimismo, reveló que Pinocho y Frankenstein marcaron su niñez y adolescencia.
“Hace unos diez años hice la promesa de comenzar a concentrarme más y más en la animación porque la animación es cine y es arte. No es un género, ni es para niños” dijo sobre el proyecto realizado en stop motion.
Georgina Haynes, jefa de Creación de Personajes en Portland, comentó que trabajaron con la empresa inglesa Mackinnon & Saunders en la fabricación de los títeres, quienes han alcanzado grandes niveles técnicos con mecánicas de cabeza, lo que permite hacer animación facial con calidad orgánica.
“Es como un reloj suizo colocado debajo de una cabeza de silicona, lo que permite al animador manipular cuadro por cuadro para obtener las representaciones faciales. Y digo un reloj suizo, que en realidad es una multitud de pequeñas articulaciones esféricas que articulan la piel” explicó Haynes.
Del Toro, quien escribió esta reinterpretación junto a Patrick McHale, codirigió el film junto a Mark Gustafson. Gustafson también estuvo en la rueda de prensa, para afirmar que hubo gran sintonía entre ambos directores. Los dos acordaron que, para hacerla más humana, animarían errores y actos fallidos, al tiempo que evitarían las pantomimas.
Los diseñadores de Producción, Guy Davis y Curt Enderle, y el director artístico, Robert DeSue, comentaron que, desde el proceso de desarrollo, ya ellos trabajaban en los personajes, partiendo del dibujo de Gus Grimly sobre el personaje principal. El equipo habló sobre la pasión y el enorme cuidado en el detalle que todos pusieron en esta película, que calificaron como una pieza de arte.