“Este año la intención y el objetivo es que todos aprendamos a usar la inteligencia artificial como una herramienta más que nos ayude a crear contenido y dejar de verla como un reemplazante, o perderle el miedo a que nos reemplace como creadores. Y el desafío en sí es crear una historia romántica en Málaga utilizando la inteligencia artificial de alguna forma” así explicó Florencia Haiek, coordinadora del Hack Mafiz Málaga lo que es el último desafío del Hack Mafiz.
Nuevamente, en esta edición, el foco ha estado en los talentos y no en los proyectos. La idea es que se inscriban participantes “que no tengan experiencia, que no tengan proyectos previos y que acá empiecen a armar sus proyectos. Entonces lo que nosotros evaluamos es a la persona en sí y con sus habilidades individuales. Se postularon este año alrededor de 3.000″.
Todos tuvieron que pasar por diferentes filtros: un curso en una plataforma; un autorretrato al que se “presentaron alrededor de 200”; y luego en duplas tenían que vender un tornillo. De esa cantidad finalmente quedaron los 20 finalistas que están en Málaga y que concursarán en el último desafío de inteligencia artificial en grupos de cuatro.
Haiek cuenta que el año pasado le preguntaron a los finalistas “cuál era su reflexión, qué era lo que se habían llevado y todos lo que más valoraron fue conocer gente acá, hacerse amigos y hasta familia de los otros participantes, conocer a gente de la industria, entender cómo funciona el mercado”.
Ese networking es parte fundamental del Hack Mafiz. “Dar más espacios de encuentro y más mentoría, y que los espacios de encuentro sean más relevantes”. El trabajo en equipo, acota, hace que se “desarrolle un vínculo mucho más fuerte que si no estuvieran trabajando juntos”.