“Veremos muchas crisis matrimoniales en nuestras series y mucha tensión sexual no resuelta impuesta por ley” bromea el guionista Jesús Mesas Silva ante la posibilidad de que en los protocolos de rodaje se supriman escenas de besos o contactos de riesgo entre actores. “Estas nuevas normas son un reto creativo, pero también suponen una disfunción”.
“Las series que estamos creando durante este confinamiento no sabemos cuándo se rodarán o emitirán, y en lo narrativo, es imposible saber cuáles serán las circunstancias de cada país cuando salgan, si todos iremos con mascarillas. Escribir series realistas ahora es un ejercicio de ciencia ficción”.
Mesas Silva estuvo a cargo de dos temporadas de la exitosa Estoy vivo de RTVE. Sigue con The Good Mood, la productora de Daniel
Écija, “en un proyecto muy chulo y salvaje” del que no puede dar detalles. También está revisando guiones escritos antes de la crisis para ajustar su rodaje.
Para Mesas, hay que pensar más allá de los temas del confinamiento. “Otros géneros más luminosos, aparentemente más ligeros, y que no tengan al coronavirus, serán mejor recibidos. Tengo fe en la comedia. La gente necesita reírse”.
En las narrativas, dice, hay que ajustarse a modelos asequibles para el rodaje, como ficciones contadas a través de videollamadas, programas de sketches, sitcoms o series de terror al estilo de La bruja de Blair. “Seguirá habiendo historias, pero las series de televisión serán mucho más baratas, lo cual supone un acercamiento mucho más ingenioso por nuestra parte”.