El Gobierno Federal de México presentó su propuesta de presupuesto para el 2004, en la cual propone una serie de medidas de austeridad, entre las que se encuentran el hacer desaparecer el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), el Instituto Mexicano del Cine (Imcine) y los Estudios Churubusco–Azteca.“Es probable que en su historia éstas no hayan sido las entidades mejor manejadas, pero para muchos estudiantes, actores, productores, han representado el apoyo definitivo para llevar a la pantalla una película, en esta industria fílmica que no ha logrado despegar”, dice el analista financiero Alberto Aguilar.En respuesta a esta medida, la comunidad de creadores organiza una protesta ante la Cámara de Diputados, con el fin de expresar su total y absoluto desacuerdo ante la propuesta. Este jueves se darán cita en San Lázaro autores, directores, técnicos, miembros de los sindicatos y varios actores para protestar por lo que se considera un ataque a la cultura.El Imcine, creado en 1983 y dirigido actualmente por Alfredo Joskowiz, maneja un presupuesto de US$18 millones aproximadamente. De éste se desprenden dos fondos de apoyo directo al cine: el Fidecine (que en la actualidad apenas cuenta con US$815 mil) y el Foprocine (con unos US$12 millones) que han empujado 44 películas. El Imcine ha apoyado películas como El callejón de los milagros, dirigida por Jorge Fons; Como agua para chocolate, dirigida por Alfonso Arau; Sexo, pudor y lágrimas, dirigida por Antonio Serrano; y El crimen del Padre Amaro, dirigida por Carlos Carrera. En términos numéricos, en el 2003 se produjeron en México 26 películas de las cuales 14 fueron apoyadas por el Imcine. Paralelamente, este Instituto es el encargado de promover el cine nacional en festivales internacionales.En cuanto a los Estudios Churubusco–Azteca (con más de 50 años de antigüedad), representan la historia de la época de oro del cine mexicano además de ser los únicos foros existentes en México para filmaciones, luego de la venta de Estudios América. Los Estudios Churubusco, manejados por Mario Aguinaga son rentables en la actualidad gracias a su inclusión comercial (películas extranjeras, comerciales y televisión).Finalmente el CCC dirigido por Ángeles Castro, es la escuela de la industria cinematográfica donde se ha forjado gente como Carlos Carrera. En México, junto con el Centro Universitario de Estudios de Cine (CUEC), es la única alternativa para la formación de los futuros cineastas mexicanos.