Declive de Univisión en la Bolsa pone nerviosos a accionistas
La bajada de casi 20 dólares por acción opacó ayer el comunicado de Univisión de que había logrado alcanzar el medio billón de dólares en ventas publicitarias en el primer semestre de este año.La renuncia inesperada de Henry Cisneros, el movimiento dado por las empresas de telecomunicaciones en bajar su pauta publicitaria como respuesta a la negativa de Univisión de aceptar avisos de los dot.coms y el repunte de Telemundo, pareciera haberse conjugado para producir el pronunciado declive en la Bolsa, que produjo un nerviosismo justificado de los accionistas y el sector.El que el propio Jerrold Perenchio, uno de los mayoritarios accionistas y chairman, haya asumido el control de la empresa, tampoco representa un voto de confianza. A Perenchio se le adjudica la política de mordaza que ha implantado a todos sus ejecutivos, creando los conflictos y mal entendidos pertinentes de una corporación pública que no se comunica con los medios. La idea de cerrar la pantalla para los dot.coms también se dice que vino del más alto nivel ligado a Perenchio.Por otra parte, el contrato cerrado de programación que Univisión tiene principalmente con Televisa, comienza a ceder ante la agresiva competencia internacional de Telemundo y la creciente y nueva oferta más global del cable y los satélites que están penetrando paulatinamente los hogares hispanos de Estados Unidos. Igualmente, la exclusividad de programación de Televisa, que al no aplicar para univision.com, generó un revés en la posible fortaleza que tendría en Internet.El grueso de la facturación, aparte del horario primetime que generan las telenovelas, viene de dos programas que ya pasan de 10 años en la pantalla: “Sábado gigante” y “Cristina”, que aunque todavía robustos, tienen la sombra del ciclo ya concluido.Todo esto se une a la imagen arrogante que emana Univisión a la industria, generada un poco por la posición que tuvo durante años de estar sola dominando un mercado.Afortunadamente el precio de la acción cerró ayer a US$100, un 16.45% menos, recuperándose de la bajada más fuerte que tuvo en horas del mediodía cuando llegó a US$86, representando casi un 29% de declive y acentuando el climax de angustia de los accionistas.
