(Ezequiel Iacobone, Buenos Aires) En cualquier mercado de América Latina las mediciones de piratería son siempre complejas, por lo que es difícil saber con exactitud cuantos usuarios acceden al servicio en forma ilegal.En el caso peruano, la realidad es todavía más confusa cuando sólo se conocen cifras concretas de piratería en la ciudad de Lima, su capital, mientras que no se sabe con exactitud qué ocurre en el resto del país.Sin embargo, esta realidad adversa no amilana a Francisco de Cárdenas, gerente de Mercadeo de Cable Mágico, compañía perteneciente a Telefónica Multimedia que ha tomado cartas en el asunto con una iniciativa de lucha contra la piratería que la distingue entre los países de la región.El ejecutivo explicó a produ.com que la ilegalidad alcanza en Lima un 25% del parque de abonados. Esta es la conclusión a la que llegaron cuando, estudio en mano, compararon sus cifras de penetración con las obtenidas por un trabajo de la compañía medidora Apoyo que marcó una diferencia de entre 4 y 5 puntos por encima de las que manejaba Cable Mágico.En un mercado con 400 mil suscriptores, un 25% de ilegales representa nada menos que 100 mil conexiones clandestinas. Por eso, es conveniente conocer qué acciones viene tomando el cableoperador para reducir estos índices.”Cable Mágico tiene el 90% de los abonados de Perú, además del 95% de los suscriptores de Lima, por lo que somos los únicos que luchamos contra la piratería”, afirma Francisco de Cárdenas.En ese sentido, el ejecutivo informó sobre un plan bautizado DUNA (Detección de Usuarios No Autorizados) que la compañía viene implementando en Lima con buenos resultados.”Es un operativo con identidad propia -dice-. Salimos a la calle con brigadas, recorremos casa por casa y poste por poste. Nuestros empleados, vestidos de color naranja y azul, desconectan piratas y Cable Mágico los expone a la posibilidad de acciones judiciales. El 98% de los usuarios reconoce al programa y tiene una visión positiva del mismo”.El método de trabajo de DUNA es una combinación de experiencias recogidas en Chile, República Dominicana y Argentina. “Mezclamos conceptos aunque no tenemos un patrón a seguir. A pesar de que existe un manual mexicano al respecto, estamos afinando con éxito nuestro propio proceso”.Pero además, la compañía perteneciente a Telefónica Multimedia enfrenta otro desafío: combatir a los clientes que, pagando medio abono, piratean el filtro y ven la totalidad de las señales.Este es un problema complejo dado que estos colgados son clientes de la compañía. “Les aconsejamos que paguen o los damos de baja. Es una decisión difícil, así que por ahora lo estamos implementando como prueba piloto en algunas zonas”.Con respecto al papel del Estado peruano remarcó que “el gobierno no ha comprado este problema y la inacción es alta. La respuesta es lenta e insatisfactoria. Como Perú sólo tiene 22% de penetración de cable, el gobierno se ocupa de otros temas”.De Cárdenas aclaró que la ley peruana castiga la piratería, pero sólo cuando es superior a los US$1.700, generalmente en libros, programas y DVD. “Las leyes deben cambiar y hay que endurecer la legislación en forma urgente”, remarca.Sin embargo, desde Cable Mágico se siguen buscando resquicios legales que permitan castigar a los ilegales. “Asesorados por Telefónica hallamos un camino legal bajo la figura del fraude. No es del todo claro, pero es el mejor que tenemos. A pesar de todo, iniciamos 1.000 procesos judiciales que no tuvieron cárcel”.Al referirse al origen de la ilegalidad, de Cárdenas concuerda con la mayoría de los entrevistados en este foro en que se trata de un tema cultural. “No hay conciencia general -sostiene-. La gente sabe que la piratería no está bien, que no está actuando en forma correcta, pero como los demás lo hacen, ellos también se cuelgan”.Sin embargo, y a diferencia de otras opiniones, para el directivo hay más casos de piratería en las clases sociales bajas que en las intermedias y altas. “Hemos comprobado que cuando más bajo es el nivel social mayores son los niveles de piratería. Hay menos colgados en los niveles A, que en los C y D, donde es más frecuente”.”Además, en los segmentos altos la concentración geográfica es mayor, por lo que es más sencillo detectar la piratería. En cambio, cuesta mucho llegar a los niveles C y D: Lima no es una ciudad vertical como Buenos Aires. Los sectores bajos son extensos y lejanos”.De Cárdenas relató que cuando se lanzó el medio paquete de canales, hace cerca de 5 años, hubo un pico de piratería del 60%. “La gente se dio cuenta que podía tener todos los canales por la mitad de precio -agrega-. Pero logramos reducir este índice al 20%. Y además los tenemos identificados a todos”.