Para Alejandra Szeplaki, cineasta venezolana residenciada en Argentina, Candy bar, el documental que estrenó en diciembre en Venezuela y que en enero llega a Buenos Aires, comer es un acto político y esa es la
tesis que defiende. Está en busca de distribuidor y la idea es que llegue a plataformas como Netflix y la TV. “Los documentales están teniendo muy buen mercado en la TV. Estuvimos en Ventana Sur, donde sostuvimos reuniones con distribuidoras de las que estamos esperando resultados” afirmó, tras destacar que ha variado mucho la forma de consumir audiovisuales y las películas ya no se quedan en las pantallas del cine. “También estamos apuntando a universidades y bibliotecas, donde hay un nicho de mercado posible para el documental”.
Filmado entre Buenos Aires y Caracas, este documental de 90 minutos fue producido por Estrella Films (Venezuela) y Cine World (Argentina). La coproducción ha sido financiada por el Programa Ibermedia, el INCAA y el CNAC. La producción estuvo a cargo de Daniel Jerozolimski y Diego Corsini.
Muestra, a través de la vida de seis mujeres, las diferentes relaciones que ellas entablan con la comida. Para estos personajes, los alimentos son sinónimo de afecto, compañía, recompensa, castigo, estatus social, enfermedad, salud, pobreza, riqueza.
La producción analiza los casos de Argentina —el país con más obesidad de la región— y el de Venezuela —la nación con más dificultades alimentarias del área.
El tiempo de producción fue de tres años entre grabación y posproducción y llevó dos años el desarrollo y montaje del proyecto.