Tal como lo prometió René Dorta, secretario de Asocables, la Carta Panamá fue redactada y aprobada por los cableoperadores durante el último día de Tepal. El objetivo de este documento es reunir las nuevas condiciones que los cableoperadores sienten que deben tener en el momento de negociar con los programadores. El texto completo de la carta es el siguiente:Hacia una nueva relación entre cableoperadores y programadoresLa actual realidad económica latinoamericana ha hecho que el costo de la programación se convierta en una pesada carga para los operadores de sistemas de TV por suscripción, en especial para las empresas pequeñas y medianas, quienes suelen firmar contratos en una actitud optimista, pensando que todo mejorará el año entrante, y que podrán pagar una mayor tarifa cada año. La realidad sin embargo es que las supuestas mejoras no llegan, y cada vez es más difícil cumplir con los compromisos de pago. Las pequeñas y medianas empresas locales han cumplido una inmensa labor social, llevando las más diversas señales de TV a rincones de las geografías latinoamericanas donde si acaso llegaban dos o tres señales de TV abierta. En muchos casos se opera con tarifas solidarias a las comunidades, con montos de un 30 o 40% por debajo de las tarifas aceptadas internacionalmente para la TV por suscripción. Paradójicamente, estos operadores independientes, como no están negociando grandes volúmenes de suscriptores, les toca pagar más por suscriptor, si se les compara con lo que pagan las empresas grandes.Los programadores se quejan de que los operadores subreportan el número de suscriptores. Realmente existe esa situación. Ha sido un arma defensiva del operador, tratando de compensar un costo por suscriptor que resultaría impagable; pero la realidad es que tal estrategia -criticable como puede serlo- no llega a compensar la falta de ingresos por tarifas deprimidas y por crecimiento anual de suscriptores muy por debajo de las expectativas aceptadas en un típico contrato de programación.El resultado de los factores mencionados ha sido que un operador pequeño debe destinar entre el 35 y el 41% de sus ingresos brutos al pago de la programación. Esta realidad nos lleva, a los cableoperadores reunidos en TEPAL 12, a proponer -en orden de importancia- los siguientes puntos, que aspiramos puedan servir para iniciar un diálogo entre las partes:1. Al calcular la tarifa por suscriptor que el programador cobra al cableoperador debe tenerse en cuenta la tarifa que a su vez el cableoperador cobra al suscriptor o abonado, y debe tenerse en cuenta también los factores económicos locales que determinan el valor en dólares de esa tarifa.2. La contratación debe ser más flexible, ofreciendo alternativas a la contratación por paquetes de canales que se estila actualmente.3. Los cableoperadores esperan obtener más ayuda por parte de los programadores para el financiamiento de los receptores satelitales requeridos para recibir las diferentes señales.4. Se requiere del apoyo del programador en las campañas antipiratería. Tanto en la piratería de operadores ilegales, que bajan señales sin pagar, como en la piratería de usuarios no autorizados que roban la señal de los sistemas de cable. En el primer caso nos parece que una solución simple es que los programadores se nieguen a vender señales a operadores de los cuales se sabe que ya tienen otras señales que bajan sin autorización; en cuanto al segundo caso, los programadores pueden apoyar a los operadores con mensajes dirigidos a crear conciencia sobre esa forma generalizada de robo.5. Promocionar y redefinir el uso de los espacios publicitarios para la inserción de publicidad local. Considerar el gran papel que juega el cableoperador al hacer llegar los mensajes comerciales a su target final. El operador es un distribuidor no sólo de programas sino también de publicidad y aspira legítimamente a obtener alguna participación en las ganancias generadas por este concepto.6. Operadores y programadores deben ayudarse mutuamente a nivel de mercadeo para la promoción y venta de los programas y canales.7. Los programadores deben participar en la discusión que los operadores mantienen con las Sociedades de Autores y Creadores sobre el controversial tema de los Derechos de Autor.Pensamos que la relación entre cableoperadores y programadores debe concebirse como una relación entre socios. El programador debe tratar de entender que si el cableoperador destina más de un 25% de sus ingresos brutos al pago de programación, no podrá expandir, y en ocasiones ni siquiera mantener, sus negocios. Un cambio en la política de precios y términos de la contratación beneficiaría a ambas partes en esta sociedad.El camino a seguir para lograr una relación armónica y productiva entre las partes de esta sociedad es sin duda el diálogo, el espíritu de conciliación. En momentos de crisis hay que buscar alternativas, hay que analizar las ideas con detenimiento, profundidad y responsabilidad.Ciudad de Panamá, 21 de junio de 2002.Más info. {rene@uc.edu.ve}