Alexandre Annenberg, director ejecutivo de ABTA
(Omar Méndez, São Paulo). ¿Estamos con las reglas certeras? formulaba el cartel de entrada a otra de las conferencias de ABTA 2001, subrayada de antemano como una de las más importantes del programa. Un salón lleno simbolizó cuánto desamor hay en la actualidad por esa letra que el mismo mercado, incipiente en ese entonces, eligió en 1994. El interrogante está clavado como espina entre los operadores brasileros. Brasil es uno de los pocos países en la región que tuvo una ley de cable avalada orgullosamente por sus protagonistas.Un par de años después de su lanzamiento, sucesivas reglamentaciones sobre telecomunicaciones, impulsadas desde el gobierno, la desvirtuaron, según los cableoperadores. “La ley se hizo dentro de un contexto histórico completamente diferente y por eso debe cambiarse. Todo tiene que ser revisto”, dijo uno de los panelistas, Marco Antonio Campos. Fue el punto que abrió una confrontación para identificar al enemigo más condicionante: la letra legal o el modelo utilizado por los operadores para crecer. Alexandre Annenberg, director ejecutivo de ABTA, fue el primero en recalcar en dónde reside el cáncer. “El primer paso es hacer un modelo de negocio, en el que tengan participación todos los que estamos en televisión por suscripción. Una vez definido ese modelo, y en forma unánime, y con las cosas claras, ver recién qué se puede cambiar de esta ley”, planteó.Ara Apkar Minassian, representante de la Agencia Nacional de Telecomunicaciones (Anatel) fue sintético al dirigirse a los operadores: “El modelo de negocio debe ser revisto. Y ese modelo lo deben construir ustedes. Anatel los va a apoyar. ¿Por qué los operadores no pueden pensar en la TV por suscripción como un todo, sin que exista esa confrontación de tecnologías, entre cable, MMDS, DTH?”.Annenberg volvió a ser enfático en la ruta a tomar. “La idea no es dinamitar la ley de cable. Lo que nosotros precisamos con urgencia es dar seguridad a nuestros accionistas. De que sus inversiones se han hecho para un negocio viable, conveniente. No expuesto a los condicionamientos que sufre en la actualidad”, dijo.Entre los aspectos más cuestionados que nacieron con la ley figura el modelo del overbuilding; la falta de definición sobre las figuras de productor de contenidos, distribuidor de contenidos y propietarios de medios de distribución; y los límites para la inversión extranjera en el mercado de la TV paga.