Para el sonidista chileno-español Álvaro Silva Wuth, los realizadores, sobre todo los guionistas, no piensan en el sonido como una herramienta narrativa, igual ocurre desde la producción. “Creo que el sonido es un pariente pobre del cine porque no se le entiende muy bien, no se le da la importancia que requiere” dijo en #PRODUprimetime con Ríchard Izarra.
Silva Wuth explicó que el sonido es algo que se desprende de la imagen. “Si vemos a una persona que camina, tenemos que oír sus pasos, pero nadie se pregunta qué pasaría si en vez de sus pasos oímos unas campanas, por ejemplo. Entonces ahí hay otra idea de sentido, del contrapunto, eso no se piensa y eso debe estar en el guion”.
Sin embargo, dijo, que cada vez se le pone más atención al sonido porque los tiempos de producción y posproducción se han acortado, y el sonido en esta última etapa lo considera un error. “Si tú llevas un buen sonido directo, la posproducción y la mezcla será más fácil y podrás ahorrar tiempo. Esto es un elemento que hace atención y los productores están comenzando a cuidar mejor el directo por esto, porque saben que les va a costar más dinero o les va a costar más tiempo que no va a ser necesario si se cuida el directo en el momento del rodaje”.
Silva Wuth, muy solicitado para películas en España y Francia, se dedica exclusivamente al sonido directo, aunque participa en la parte de posproducción y del montaje de las películas que hace. “Porque normalmente un posproductor no tiene tiempo de oír todo lo que grabo, porque aparte del directo, grabo ambiente, grabo ruidos, a veces cuando el trabajo ha terminado me voy con mi grabador a capturar ambiente o sonidos que la película necesita”. Explicó que en ese sentido cumple un papel de guía para indicar o sugerir sonidos de ambiente o en una secuencia. “Hay ideas que se hablan en el momento del rodaje o de la preparación, y luego tú grabas cosas para vestir esa idea”.
De sus más de 35 años en el oficio, Silva Wuth lleva 23 en España, donde nunca se ha sentido como un extranjero en su trabajo por dos razones. Una porque el mundo del sonido y del cine es muy especial y la gente que va y que viene suele ser más tolerante. Además tuvo un colega compatriota que le abrió el camino en ese país, Bernardo Menz. “Hizo las películas de Miguel Littin, trabajó con Pedro Almodóvar y es un tío muy querido, entonces yo como chileno gocé un poco de ese camino que Bernardo había hecho y mi integración aquí fue muy fácil” dijo.
LAS PARADOJAS DEL SONIDISTA
Para Silva Wuth, el principal adversario o enemigo del sonidista es el sonido mismo, lo califica como una paradoja. “Siempre hay un sonido que no te interesa o que no va con la película. Hay otros que sí y se producen a veces en el directo, matrimonios muy ricos que da el azar. Por ejemplo, un personaje termina de hablar y suenan las campanas o hay un momento preciso en que se cuela un sonido del exterior, pero que tiene que ver con la película y es como si estuviese posproducido en la pista del directo”. Pero también se refirió a los sonidos indeseados, y destacó que en Madrid tiene problemas en los rodajes porque hay muchas obras. “Es una ciudad en permanente transformación, siempre hay un taladro, una radial, siempre hay un vecino que está martillando”.
Pero dijo que el ruido no es necesariamente un sonido indeseado, puede ser un aliado y que todo esto es parte de un equilibrio. “Para que en una película haya ruido también tiene que haber silencio, también tiene que haber un sonido más dulce y el ruido como concepto es algo que se puede trabajar también en una banda sonora”. Explicó que los franceses se refieren a esto como el ‘bruitage’ o el foley como se le dice en inglés y que literalmente se traduce como ‘ruidificación’ o la ‘ruidización’. “Es poner los ruiditos en la película, por ejemplo, cuando apoyas las gafas o vasos, los pasos, etc.”.
“Todo tiene que ver con la expresión en una película, en un viaje que quiere expresar algún sentimiento o emoción y el sonido o la falta de él siempre tiene que empujar esta sensación, esta idea, subrayarla, vestirla, complementarla; y a veces el ruido es interesante como elemento en una banda sonora”.
En cuanto al silencio, dijo que este no existe en la naturaleza, pero en el cine sí. Explicó que esto es que nada suene, y citó a Vasco Pimentel, un colega portugués “muy mítico y muy querido”: ‘El silencio en el cine no es cuando no oyes nada, sino que es cuando oyes aquel perro que está ladrando muy lejos de allí’.
Resumió que la tarea del sonidista siempre consiste en quitar el sonido para luego ponerlo, especialmente cuando se trata de ficción donde lo fundamental es el diálogo.
PREFIERO LA PERCHA
Silva habló del uso de los tipos de micrófonos que utiliza en su trabajo y dijo que prefiere la percha (el boom) a la balita, por una cuestión de ‘calidez’. “Aunque ahora los micrófonos inalámbricos suenan muy bien, prefiero la percha porque da más la idea del espacio, del encuadre. El micrófono siempre tiene que estar al borde del cuadro, por lo tanto, el micrófono es más cálido, es más amable; aunque hay veces en que los micrófonos que pones en el cuerpo, los inalámbricos o los micrófonos de corbata te pueden salvar en una determinada situación”.
Explicó que el uso de ambos tipos de micrófonos depende de un ejercicio de comunicación con el posproductor. “Hoy en día cada vez más te piden que pongas siempre inalámbricos en cada personaje, porque eso les permite una señal más de proximidad, para dar más cuerpo al sonido, es decir, ellos toman una parte de uno [de los tipos de micrófono], una parte de otro, y al sumarlos el sonido se completa. Pero siempre hay la dificultad porque en una ficción el micrófono hay que esconderlo y siempre está el roce de la ropa, las acciones de los personajes hace que ese sonido no sea del todo limpio, no sea del todo utilizable a veces”.
Para su trabajo, Silva usa un grabador multipista de Aaton, el Cantar X2, y microfonía de Neumann. Explicó que el grabador digital cuenta con ocho pistas y el sonido se guarda en un disco duro. “Tengo cada una de mis pistas separadamente para los micrófonos que pongo en el set y puedo tener la capacidad de hacer una mezcla post fader, que es una mezcla de referencia para el montador, porque muchas veces pongo micrófonos a todos los actores o pongo un micrófono para el ambiente, hay dos perchitas normalmente”. Agregó que esta mezcla de referencia le sirve al montador de sonido para que trabaje solo con dos pistas, una para los inalámbricos con los micrófonos de corbata y otra con los micrófonos aéreos o de percha.
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