Si alguna vez ha comprimido un archivo de video, sabe que cada video es diferente, y que la única manera de lograr la mejor calidad de imagen a la tasa de bits más baja es segmentando los parámetros de codificación, lo que a menudo requiere de prueba y error.
Por esta razón, empresas expertas en video en línea han generado sus propios protocolos de codificación, un caso es Netflix, que de acuerdo a la Guía de codificación y decodificación de video, recurre a una técnica totalmente automatizada que crea una escala de codificación personalizada para cada archivo de video.
Netflix codifica videos utilizando un conjunto fijo de resoluciones de codificación para garantizar la compatibilidad con todos los dispositivos compatibles. Para guardar los ciclos de codificación, la empresa no realiza pruebas exhaustivas en cada resolución; más bien, ejecuta una serie de codos de prueba sobre un conjunto finito de resoluciones, y luego interpola esos resultados.
Álvaro Valerio, experto y consultor en tecnologías IP, comentó que todo lo referente a video IP es nuevo y siendo que por el momento los procesos de trabajo serán por mucho tiempo híbridos, es necesario generar un protocolo de trabajo de transcodificación que involucre a todas las áreas, desde la producción hasta la distribución.
“Ahora los codificadores y transcodificadores son la clave, y así como Netflix ha hecho todo un sistema para generar video IP a partir de SDI y otros formatos, los operadores deben visualizar y estructurar sus procesos y capacitar a su personal”.