Elon
Musk anunció su próximo proyecto: Conectividad directo a móviles desde satélite.
Durante un evento retransmitido en directo por YouTube el magnate aprovechó
para detallar el funcionamiento de esta nueva forma de conectividad en conjunto
con su socio de despliegue, la filial estadounidense de la operadora alemana
T-Mobile.
De
acuerdo con Musk el proyecto anunciado unirá una nueva tecnología de antenas de
Starlink en la que ya se encuentran trabajando y ultimando, según recoge
ArsTechnica y aplicarán en a la siguiente generación de satélites que ya
confirmaron serán significativamente más grandes que los actuales, que tienen
una masa de 295 kilogramos.
“Creemos
que estas son las antenas más avanzadas del mundo” destacó Musk.
“Tienen que captar una señal muy silenciosa del teléfono móvil.
Imagínense, esa señal tiene que viajar 800 kilómetros y luego ser captada por
un satélite que viaja a 27.000 km/h. El satélite tiene que compensar el efecto
Doppler de moverse tan rápido”.
“Nuestra
visión es que si tienes una vista clara al cielo, estés conectado”, según
apuntó Mike Sievert, CEO de T-Mobile US. Una característica que permitiría
tener un mínimo de conectividad sin zonas muertas. Con cobertura mundial sin
necesitar uno de esos grandes y carísimos teléfonos satelitales.
El
esquema de conexión actual está pensado para estaciones fijas en tierra firme
compuestas por una gran antena similar a un platillo volante. Con ella el
usuario se conecta a alguno de los casi 3.000 satélites que Starlink ya tiene
en órbita formando una inmensa constelación que, por el momento, es incapaz de
conectarse directamente a los teléfonos móviles.
La
solución a este problema es emplear una antena en el propio satélite mucho más
potente y más grande que daría como resultado la segunda versión del Starlink.
Según comentó Musk en el evento, el cuerpo de los satélites tendría unos 7
metros de largo y la antena unos 5 metros de lado. Lo que daría 25 metros
cuadrados de superficie.
A
medida que el satélite pase por encima, la antena enviará y recibirá datos a lo
largo de su haz enfocado hacia la superficie del planeta. Algo que tendrá
también sus propios límites.
La
velocidad estimada se situará entre 2 y 4 Mbps para la transferencia de datos,
al menos inicialmente. Suficiente para enviar mensajes por aplicaciones como
WhatsApp o Telegram, así como realizar llamadas. Esta nueva tecnología abre la
puerta al uso en zonas que no cuentan con cobertura o en situaciones de
emergencia como catástrofes climáticas; donde las comunicaciones son una de las
primeras tecnologías en apagarse.
En
cualquier caso, se trata de una conectividad de respaldo respecto a la
convencional llevada a cabo por redes terrestres. El teléfono móvil del usuario
da prioridad a las antenas y, en caso de no encontrar conexión, buscaría en el
firmamento.
Tal
y como detalló Sievert, la filial estadounidense de T-Mobile tiene planeado
ofrecer este servicio en la mayoría de sus tarifas existentes de forma
gratuita, cubriendo EE UU —Hawái y Alaska incluidos— y una gran parte
de los océanos de todo el mundo desde el principio.
Asimismo,
los satélites Starlink de la segunda versión no puede integrarse al cohete
Falcon 9 debido a problemas de espacio. Esto supedita el éxito del programa de
conexión satelital a los buenos resultados del programa Starship. Como
alternativa, Musk ya ha anunciado que pueden desarrollar una versión
“mini” que puedan entrar dentro del cohete en servicio.
“Es
realmente un desafío técnico bastante difícil” comentó Musk.
“Pero lo tenemos en funcionamiento en el laboratorio, y estamos seguros de
que funcionará en el campo”. También ha apuntado que es “bastante
járdwer adicional en los satélites, y también mucho sóftwer” Starlink
espera lanzar una versión beta del servicio antes de que termine 2023.