Al inicio de la preproducción de la anticipada y reciente secuela de Avatar, a cargo de Lightstorm Entertainment, el equipo comprendió que, aunque debían llevar la historia y las imágenes a otro nivel, también era necesario que sucediera lo mismo con la tecnología empleada. Avatar: el camino del agua, desafía las habilidades y capacidades de la dinámica de producción más avanzada, de modo que Geoff Burdick, VP de Servicios y Tecnología de Producción de Lightstorm, empezó a buscar distintas maneras de hacerle frente a las nuevas demandas.
Avatar: el camino del agua trascurre más de una década después de los sucesos de la primera entrega y cuenta la historia de la familia Sully (Jake, Neytiri y sus hijos), los problemas que los acechan, todo lo que son capaces de hacer para protegerse entre sí, las batallas que luchan para sobrevivir y las tragedias que sufren. La producción de la película estuvo a cargo de Jon Landau y James Cameron (Lightstorm Entertainment), mientras que este último asumió la dirección. Por su parte, 20th Century Studios fue responsable de la distribución del largometraje.
Hacerle frente a una producción tan compleja como la de Avatar es mucho más que procesar datos; también hay que contar con las herramientas adecuadas para evaluar el material durante la grabación. “Supervisamos las señales provenientes de las cámaras al instante, de la forma más parecida posible a la experiencia en una sala de cine posible. De este modo, podemos tomar decisiones en el momento en el set de grabación” comentó Geoff Burdick. “Esto no solo nos permite ahorrar tiempo en el rodaje, sino que además beneficia a Weta Digital, el proveedor de efectos visuales, y nos ayuda a simplificar el proceso de posproducción y masterización”.
La intención del equipo de producción era rodar en HDR 4K con una frecuencia de imagen de 47.952 f/s, que brindaría compatibilidad con el formato estereoscópico, pero iba a ser muy complejo gestionar esa cantidad de datos en el set. “Necesitábamos implementar esas especificaciones en toda la dinámica de producción, que incluía señales en tiempo real enviadas a nuestro centro de proyección compatible con el formato DCI, el cual usamos para evaluar las señales de las cámaras en 3D a 24 y 48 f/s para resoluciones 2K y 4K, y a 24 f/s para HD” explicó Burdick. “Por supuesto que no existía demasiado soporte físico disponible en su momento”.
Burdick y su equipo se comunicaron con Blackmagic Design y explicaron sus objetivos. “No hubo respuestas inmediatas, pero comprendieron nuestra visión, y tuvieron ideas sobre las mejores maneras de hacerla realidad” añadió.
Burdick y su equipo trabajaron estrechamente con Robin Charters, ingeniero de 3D Systems, y comenzaron a pulir cada aspecto de la funcionalidad del sistema. Optaron por incorporar un conversor Teranex AV, una matriz Smart Videohub 12G 40×40, una tarjeta de captura y reproducción DeckLink 8K Pro, un dispositivo UltraStudio 4K Extreme 3 y un mezclador ATEM 4 M/E Broadcast Studio 4K para procesar las distintas señales.
“Durante la filmación de las escenas de acción en directo en 2019 y 2020, el equipo de Blackmagic estuvo en constante comunicación, a fin de asegurarse de que todos los dispositivos funcionaran a la perfección” observó Burdick.
La dinámica de trabajo funcionó sin ningún tipo de inconvenientes. Las conversiones en tiempo real se llevaron a cabo con el dispositivo Teranex AV, cuyas señales se transmitían a la matriz Smart Videohub 12G 40×40, y el mezclador ATEM 4 M/E Broadcast Studio 4K brindaba la posibilidad de reproducir y revisar las imágenes en el set. Además de poder evaluar el material de inmediato, contar con un sistema de reproducción en distintas resoluciones también resultó de utilidad como solución necesaria para el control de calidad.
“Esto es fundamental a medida que nos adentramos en la grabación de resoluciones, frecuencias de imagen y rangos dinámicos más altos, con las tecnologías de exhibición capaces de proyectar todo esto y más” comentó Burdick. “Independientemente de lo avanzada que sea la tecnología, todo se hace en pos de la historia. La intención es que el público no detecte el uso de dicha tecnología. Cuando el espectador se pierde en la película, sabemos que hemos logrado nuestro cometido”.