Amor, rivalidad y cambios son algunos de los elementos que se combinan en Kintsugi, película colombiana del director José Luis Arzuaga (Aurora), producida por SMYJ, MsCrea y Studio Aymac. Esta historia, cuyo estreno será este jueves 30, se desarrolla en un barrio de clase media alta de Bogotá.
En él, un grupo de adolescentes se toparán con un escritor descarriado que se ha vuelto un indigente y que se instala en un humedal cercano. Eso desatará una coyuntura moral, ya que algunos habitantes de la zona querrán expulsar al hombre de allí, mientras otros abogarán para que se quede. El nombre de la cinta está inspirado en una técnica japonesa de reparación de cerámica, que consiste en embellecer las grietas y rajaduras con oro.
José Luis Arzuaga, quien el año pasado lanzó su ópera prima, contó que escribió la versión inicial del guion en 2018, y que estuvo corrigiéndola y perfeccionándola varias veces. Ese mismo año, consiguió recursos por parte de inversionistas particulares a través de la Ley 814, que otorga estímulos tributarios para personas que brinden apoyo económico a proyectos cinematográficos nacionales. Mediante dicho mecanismo se pudo reunir un presupuesto de 450 millones de pesos (US$117 mil aproximadamente) que permitió arrancar con el rodaje.
El cineasta describió esta producción como “una suma de voluntades”, ya que tanto el crew como las personas que les alquilaron equipos técnicos accedieron a rebajar sus expectativas de remuneración para que el proyecto fuera viable. “Los actores, que eran unos 18, participaron prácticamente de forma vocacional” aseguró. El artista pudo reunir un grupo de profesionales entre los que estaban amigos suyos y algunos contactos que ha hecho durante su carrera en el mundo audiovisual.
UN RODAJE DESAFIANTE
En el primer semestre de 2018 iniciaron las grabaciones de Kintsugi en una primera etapa que duró tres semanas. Posteriormente, a lo largo de los siguientes tres años, se llevarían a cabo otras tres etapas de rodaje más breves. La filmación se desarrolló principalmente en el barrio Niza, al noroccidente de Bogotá, donde Arzuaga pasó parte de su infancia. “Queríamos mostrar una faceta oculta y privilegiada de la ciudad” dijo.
También utilizaron otras locaciones como zonas verdes aledañas al barrio y el humedal de Córdoba. En la realización participaron 80 personas; emplearon una cámara Sony FS7 y ópticas Fuji de 18-50mm.
Por otro lado, reconoció que hubo algunos inconvenientes con los habitantes del sector para filmar: “Habían filmado una telenovela allí hace unos meses y estaban hartos de tener un equipo de rodaje cerca. A nosotros nos apagaban las luces, nos gritaban en el set de rodaje, a pesar de que teníamos permisos del Distrito y acompañamiento de la policía”.
Arzuaga comentó que algunos locales se oponían a la realización porque temían que causara afectaciones y perturbara el descanso de la fauna del humedal. Por eso, replantearon parte de la filmación y la finalizaron en otro parque más retirado.
A pesar de esos obstáculos, la película ya es una realidad y se estrenará en diferentes salas de Cine Colombia y Procinal en Bogotá, Cali y Medellín. La Alucinante Fábrica se encarga de su distribución.