Tras una ronda de discusiones que culminó en noviembre de 2017, Sprint entró de nuevo en conversaciones para fusionarse con T-Mobile de EE UU. Las negociaciones el año pasado terminaron por desacuerdos sobre valuación, pero ahora ambas compañías quieren compartir el costo de invertir en sus redes.
Las negociaciones están en una etapa inicial y un factor clave es si Deutsche Telekom —accionista mayoritario de US T-Mobile— puede consolidar las ganancias de T-Mobile, informó la agencia Reuters. Probablemente para una fusión tendrá que aportar dinero nuevo de forma que su participación se mantenga por encima del 50%.
Las operadoras podrían enfrentar obstáculos regulatorios como pasó en 2014, cuando su primera ronda de conversaciones se enfrentó con preocupaciones antimonopolio del gobierno. “Probablemente estén apostando a que pueden argumentar de forma más competente y convincente que es más importante tener un número tres más fuerte. Dirán que Sprint no ha sido un gran competidor” dijo Caroline Holland, quien trabajó anteriormente en la División Antimonopolio del Departamento de Justicia de EE UU.
T-Mobile fue considerado como la tercera operadora en EE UU por GSMA Intelligence, con una participación de 18% a partir del primer cuatrimestre de este año. Por encima están Verizon con 36% de participación y AT&T con 30%, Sprint ocupa el cuarto lugar con 12%.
Hay dudas acerca de si Sprint podrá competir efectivamente, ya que tiene una deuda a largo plazo de más de US$32 millardos. El grupo matriz de SoftBank también está tratando de recortar su deuda, que fue de alrededor de $147 millardos a fines de diciembre de 2017.