En “Románticos y binarios”, el Managing Director de Arc Worldwide, Berty Giménez y Brotons, propone reconocer todas las bondades que la tecnología ha traído a la humanidad, pero tampoco perder esa humanidad que está en los consumidores detrás de las pantallas. Y en esos procesos de adaptación de las marcas en un mundo hiperdigitalizado, el desafío es lograr un approach más personalizado y más social.
¿Algún día nos desconectaremos con un gran breakdown de estas pantallas?;
No creo que lleguemos a verlo, espetó él.
Mucho se habló sobre la cita convencional versus el Tinder, Bumble o Happn y sus viudas negras, el subidón efervescente de Facebook y su estrepitosa caída (que no pasó precisamente por Cambridge Analytica) y los fuegos de artificio de apps como TikTok, Twitch, Clubhouse y ya no recuerdo cuál es la que le toca a este lunes. Sí debemos de conocerlas, y/o entenderlas, para que como arquitectos del marketing sepamos acompañar a nuestros clientes, en estos neousos y costumbres.
Ya a fines de la década pasada por cuestiones laborales, en Hamburgo, tuve varias sorpresas. No solo que los autobuses se detenían y el chofer se bajaba a acompañar a una persona en silla de ruedas a subirse, sino la facilidad de contratar un vehículo particular de primera marca en cualquier esquina, usarlo y dejarlo en cualquier otra, con solo un par de clics desde el celular.
Siempre entendí que era bueno abusar de la tecnología, desde que deje de poner vinilos y me pase a los cedés, en algún momento que le podía dedicar el tiempo a pasar música. Hoy, si hay algo de lo que estoy seguro, es que la tecnología no debe abusar de nosotros.
La pandemia nos llevó a encerrarnos, a escondernos y enmascararnos. A perder el cálido contacto diario que nos hace lo que somos: humanos. Hemos tenido que adaptarnos junto a las marcas sobre cómo, en este nuevo escenario, logramos el approach y la experiencia de nuestro target, público, consumidor o como prefieran llamarlo: humano. Deglutimos presentaciones y lanzamientos de productos tras una pantalla, seguimos a grandes mesías multi-recomendadores virtuales (¿influencers?), ¿recitales adentro de un auto?, pero aun así, hay muchas cosas que nos han facilitado la vida diaria: por ejemplo, el ecommerce. Aquí el desafío está en que las marcas lo vuelvan cada vez más personalizado y, con suerte, hasta más social.
Hoy las campañas deben hacer un fuerte uso de la data y analytica en un tándem con una gran idea creativa que no dejará de existir; y finalmente, un anclaje en la experiencia. Cuando se da esta precisa carambola, anotamos con una marca en la pizarra si jugamos al billar, o una pieza redonda desde agencia-marca-humano.
Las marcas que mejor jueguen esta partida y se adapten, estarán por delante. Las que mejor comprendan desde el uso de la data hasta la experiencia del consumidor, pero sin sentirnos abordados ni abusados. Queremos volver a bailar libres, a oler a recital porque es parte de nuestra esencia humana. Románticos y binarios.