En Cusco, ciudad que vive del turismo, los artesanos fueron de los más afectados por la pandemia. Cusqueña, la marca insignia de cerveza del Perú, junto a Publicis Worldwide Perú, crearon un nuevo hito para atraer turistas: El abrazo imposible, una estatua que representa el abrazo que todos los peruanos quisieron darse en tiempos de distanciamiento social y, que sin dudas, todo turista querrá llevarse a casa.
Basados en las dos maltas que se usan para Doble Malta y en el claim de la campaña “hechos de imposibles”, desde Publicis Worldwide Perú y Cusqueña decidieron hacer algo que parecía imposible en tiempos de distanciamiento social. Crearon una escultura de dos partes que se unirían en un abrazo en la plaza de San Blas, barrio emblemático de artesanos de Cusco, con el propósito de que se transforme en un nuevo atractivo turístico para ayudar a la reactivación económica.
Las dos esculturas fueron creadas por dos artistas, una desde Lima de mano de Rafael Lanfranco, un artista pop que combina elementos andinos en propuestas contemporáneas; y la otra desde Cusco, de la mano de Edi Mérida, escultor heredero del legado de la familia Mérida, una de las importantes familias artesanas de Cusco y además gestor de la creación del museo Inkariy que procura mantener vivo nuestro legado precolombino.
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En el marco del lanzamiento de la nueva variedad de Cusqueña – Doble Malta, la marca apostó por un enfoque social: “No podíamos solo hacer un lanzamiento comercial y darle la espalda a la ciudad en la que nació Cerveza Cusqueña. Perú tuvo una de las cuarentenas más tempranas y largas del mundo, cuando empezó la pandemia, el cierre de fronteras exteriores como interiores, y todas las restricciones que tomó el Gobierno, sumado a la inestabilidad política que se vivió debido a la vacancia del presidente, hicieron que la actividad turística se paralizara por completo durante todo el 2020 y casi todo 2021” Nelson Fragoso (General Manager/ Chief Creative Officer Publicis Worldwide Perú).
La escultura se ensambló originalmente en la plaza de San Blas junto al apoyo de las autoridades locales; incluso cerca de 50 artistas más se sumaron a la causa interviniendo de forma gratuita reproducciones a escala del Abrazo Imposible que fueron subastadas en el circuito artístico local, logrando recaudar fondos para la comunidad de artesanos de San Blas.
La escultura llamo la atención de la prensa nacional y se volvió rápidamente un atractivo turístico. Los derechos del Abrazo Imposible fueron liberados para que los mismos artesanos puedan también hacer sus propias versiones y venderlas como parte del plan de recuperación económica. Cusqueña incluso contribuyó con la venta a distancia de estas piezas artesanales mediante los canales propios de la marca.