Una vez terminado Cannes, la mayoría tratamos de hilar lo sucedido y atar conclusiones que nos ayuden a ver en dónde estamos parados y para qué lado se mueve esto (al menos hasta el próximo Cannes). Buscamos certidumbre, en una industria cada vez más incierta y a veces, hasta nos enojamos con la falta de evidencias.
¿Será que hay algo de comodidad en nosotros o que todavía hay varios elefantes a los que les cuesta moverse rápido y repensarse? Una pregunta al aire, para la que no tengo una respuesta clara; solo la certeza de lo que vi: en un festival de creatividad, lo único que importa es la creatividad. Que ya no tiene por qué venir de una manera u otra, de un creativo de red top y ni siquiera, en algunos casos, de un publicista. Los premios se los lleva la buena creatividad que genera impacto y construye una postura relevante para la marca. Punto.
Puede haber varias opiniones y eso está bien, pero este año vimos ideas que cuestionaron muchos paradigmas: Whooper Detour (Burger King), The Tampon Book (The Female Company), Black Supermarket de Carrefour y la enorme Dream Crazy. Pero si querés, hay todavía otras ideas que polemizan más la esencia de la industria, como EVA initiative (Volvo), ThisAbles de Ikea o Changing the Game de Xbox. Bienvenidos ingenieros, desarrolladores, médicos… a la competencia. Susan Credle, Global CCO de FCB, lo resumió perfecto, diciendo que “para ir lejos en nuestras carreras, vamos a tener que hacer cosas que nunca hicimos hasta ahora” hablando de las ideas y de la industria en general, creativa y éticamente. El copy y arte tradicional van a tener que levantar la cola de la oficina y ver qué pasa afuera.
La diversidad llegó para quedarse. Punto. Y sigue siendo parte de replantearse los paradigmas: especialidades, nacionalidades, género, edades, pluralidad física y cultural.
Si bien la industria está abiertamente liderada por los hombres y por lo anglo, vimos arriba del escenario un mix heterogéneo más interesante. Las mujeres logramos un avance, con presencia en los jurados, las conferencias y recibiendo premios; aunque personalmente, siento que falta mucho. Casi como un juego, me tomé el trabajo de contar y siempre arriba del escenario había más hombres que mujeres. No nos engañemos, todavía no llegamos. Pero sin duda, tenemos más presencia y no tememos tanto a la hora de dar una opinión y defender un lugar o un trabajo. Estamos en la primera recta, pero ya no hay vuelta atrás. El cambio es significativo y debemos usar responsablemente el poder que estamos logrando, para hacerlo bien. Las minorías demostramos más empatía entre nosotros y lo que se está construyendo es sólido. No estamos dando otra chance, más que el cambio verdadero.
En resumen: ser relevantes, aprender e integrar otras disciplinas y seguir cuestionando paradigmas. El ad-apocalypse muestra luz. Poca certidumbre, pero pasos concretos a una industria mejorada.
Por
Natalia
Benincasa,
Directora
Creativa de Grupo
FCB México