Hace un par de años regresé a Disney World después de haber ido de niño (absolutamente recomendable como persona y como profesional del marketing, da para una interminable lista de best practices).
Como parte de los obligados souvenirs compré una pijama. El diseño es un collage de orejas negras, pantalón rojo con botones amarillos, guantes blancos y zapatos amarillos, todo por separado sobre un fondo blanco. No muestra siquiera la cara del personaje que todos conocemos. Un ejemplo de branding perfectamente ejecutado, tomando elementos icónicos y mostrándolos de forma distinta pero sin perder la esencia.
Las marcas son símbolos que a través del tiempo van construyendo un lenguaje.
Hoy existen más medios y por lo tanto más mensajes. Por eso, el branding cobró más importancia en el proceso de construcción de las marcas. En cualquier punto de contacto la marca debe llevar su firma. Dicho lenguaje debe ser consistente para construir marcas fuertes.
Recientemente tuvimos en la agencia donde trabajamos justamente la disciplina de Branding, la responsabilidad de un lanzamiento. Una compañía líder en México incursionando en una categoría nueva para ellos. Después de una exhaustiva inmersión con consumidor y expertos, encontramos elementos valiosos que nos dieron la clave para desarrollar los empaques. Fue muy importante “guardar” esos códigos para desarrollarlos paulatinamente en el resto de los puntos de contacto en los que la marca comunique. Solo de esta manera pueden las marcas resaltar a ojos y oídos del consumidor, para lograr entrar en la lista de consideración a la prueba. Hoy la gran multitud de marcas nos obliga a construir narrativas más sólidas, frente a una tendencia al consumo cada vez más transaccional.
Hoy el branding no solo es el empaque, sino un video en Facebook, un tuit, una imagen en Instagram. Mucho más allá de un comercial de televisión o un cartel en la calle.
Por:
Jos Pérez Ibarra
Insight Catalyst
Starbrands