Para Liz Castells-Heard, CEO & Chief Strategy Officer, INFUSION, la burla avanza en el frente publicitario multicultural en el Super Bowl LVI.
“El camino hacia la Super Bowl LVI fue toda una provocación, y el partido, repleto de adrenalina, lo fue. La anticipación y las expectativas para los anuncios del Gran Juego fueron una burla igual, con récords de gasto, un coste publicitario de US$6,5 millones, una previsión de audiencia, anuncios teaser de la marca antes del partido y un zumbido en las redes sociales, junto con la demanda de autenticidad, y el foco de atención de la DEI y el Censo sobre los multiculturales” escribió en Multicultural Marketing News.
El Super Bowl, a su juicio, es la última provocación para las marcas, la oportunidad de llegar a 100 millones de estadounidenses, y el reto de acertar con una audiencia diversa, 45 millones de multiculturales y 55 millones de blancos.
“Si los anuncios de diversidad se evalúan por el casting mixto BIPOC, los emparejamientos POC o las celebridades que resultan ser afroamericanas, entonces el 40% de los anuncios lo consiguió. Si la eficacia consiste en encontrar una verdad o una situación que trascienda la etnia, entonces el 10% lo consiguió. Si la diversidad significa anuncios significativos que reflejen nuestra complejidad multicultural y que se basen en la percepción humana, entonces fue el 1%. Quizás esto se deba a la falta de agencias y directores publicitarios de minorías o mujeres en el Gran Juego, lo que podría llevar a una inclusión más amplia y a perspectivas más auténticas para la gente. Las marcas nos tomaron el pelo con un espíritu festivo y una agudeza digital muy acertada para el Super Bowl y el final cercano de covid, cruzando tanto a los principales como a los recién llegados de la tecnología, el comercio electrónico y las criptomonedas”.