Para Nielsen, el contexto es crítico para las marcas que se preparan a responder o reactivarse en los mercados y enfrentar las finanzas tras el impacto de la pandemia. Las lecciones de los desafíos económicos del pasado pueden no funcionar para la crisis actual. Por ejemplo, se pueden ver muchas diferencias al comparar datos de lo que ocurrió en EE UU durante la recesión de 2008-2010 y la actual crisis por el covid-19.
De acuerdo a Nielsen, que preparó una infografía comparativa, es importante calibrar los cambios más macro a medida que las empresas sopesan la demanda cambiante de los consumidores. No se puede enfrentar igual un desempleo de 37,1 millones de personas en dos años que uno de 26,5 millones en solo cinco semanas. Tampoco una contracción del PIB de 5,9% en solo 2020, que una de 4,2% en casi dos años. Y menos una situación de confinamiento versus una de plena libertad de circulación.
Esto sin contar con los cambios de consumo y la demanda de tecnología. En 2009, solo 17% de los estadounidenses poseían un teléfono inteligente, hoy ese porcentaje alcanza 81%. Mientras que actualmente 83% hacen o desean hacer sus compras online, con US$70 millardos gastados en este tipo de compra actualmente versus a 3,75 millardos en 2008.
Ante esta nueva realidad, Nielsen hace cinco recomendaciones estratégicas para tener éxito: restablecer relaciones de la marca, refrescar la narrativa, tono y colocación para encajar en la situación actual; hacer de la seguridad sanitaria la prioridad, ya que los consumidores están reevaluando sus prioridades y valores, y abandonando a aquellos negocios que no lo hagan; prepararse para cambios en precios, a medida que los bolsillos se ajusten a un ingreso limitado; considerar cómo los cambios en estilo de vida impactarán la demanda de productos y servicios; y mantener flexible y ágil las cadenas de distribución.