Karla
Fernández Parker, Managing Director de Sensis TX, explica que los
jóvenes hispanos y afroamericanos, grupos inclinados hacia la obesidad, parecen
ser el objetivo preferido de las compañías de bocadillos. Cita un estudio
realizado por el Centro Rudd de Políticas Alimentarias y Obesidad de la
Universidad de Connecticut, cuya conclusión fue que la comida chatarra
representó el 86% del gasto en publicidad en la programación dirigida a
afroamericanos y el 82% del gasto en televisión en español en 2017.
“La publicidad no puede ser culpada de este problema
completamente, ya que muchos miembros de ambos grupos viven en las zonas más
pobres del país, y la comida sana es más costosa” señala Fernández en un artículo
en Mediapost.
El estudio reveló que solo el 3% de los dólares de
publicidad se usaron para promover opciones de alimentos más saludables en
general, mientras que la programación dirigida a afroamericanos recibió solo el
1% de esos dólares y la televisión en español recibió menos.
“Según este estudio, es fácil demonizar a la industria de
los bocadillos, pero existen opciones de equilibrar ese mensaje con unos
más saludables. Como, por ejemplo, equilibrar los anuncios de dulces y chips
con algunos mensajes de frutas y nueces”.