La inflación anual del IPC en junio llegó al 9,67%, un nuevo máximo histórico en 22 años. En el mismo mes, pero en el año 2020 llegó al 9,66%
Como bien se sabe, el mundo atraviesa por una coyuntura compleja que ha afectado a todos los países y, por ende, a sus economías. Colombia no es la excepción y su inflación se ha visto altamente perjudicada por factores como: el aumento en las tasas de interés en EE UU, el fuerte riesgo de recesión en el país norteamericano, el fortalecimiento del dólar y la consiguiente devaluación del peso, el conflicto ucraniano y el nuevo gobierno que inició el pasado 7 de agosto.
El punto que enciende más alarmas es que el rubro de gasto en alimentos y bebidas, según el DANE, es el de mayor aportación al crecimiento de la inflación; seguido de alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, el tercer lugar lo ocupan los restaurantes y los hoteles, y en el cuarto puesto el transporte.
Hay otros indicadores a los que el país les está poniendo atención, que, en el caso contrario del crecimiento de la inflación, proyectan un buen pronóstico. Este es el caso de la tasa de cambio, cuyo precio del dólar cerró en el primer semestre del año en $4.151,37, la tasa de desempleo, que disminuyó 3,3 puntos porcentuales en el mes de junio 2022 frente al mismo mes del año inmediatamente anterior; y el índice de confianza del consumidor, que mostró una recuperación del 2,9%, lo cual no se veía desde el 2019.
“Colombia se enfrenta a un escenario que no veía hace 22 años, la inflación está llegando al 10%, lo que está generando un sacrificio de los hogares en volúmenes comprados. Se evidencia un encarecimiento en los productos de la canasta familiar, lo que lleva al consumidor a ser más analítico, selectivo e inteligente a la hora de comprar” afirmó Jaime García, Country Manager de Kantar división Worldpanel Colombia.
El incremento de los precios es una continua pérdida de volúmenes, hoy un hogar compra alrededor de 10% menos de volumen que en períodos prepandemia y se generaliza para todos los canales de compra. A pesar de que los minimercados y tradicionales son los canales que más sufren en este contexto, se evidencia que son los de mayor número de categorías distintas vendidas a un Shopper.
La recuperación de las grandes superficies en niveles de gasto lo lleva a estar alrededor de 12% por encima de períodos prepandemia, pero en volumen aún -10% de períodos prepandemia.
“Cuando creíamos que la pandemia daba tregua y la economía tenía perspectivas a la mejora, se desató un fenómeno de inflación que afectó las monedas de países emergentes y se suma una incertidumbre de las empresas en torno a un giro en el modelo político que apuesta a reformas tributarias para generar ingresos al Estado, dejando de lado recuperaciones en la economía mundial y local en el corto plazo” agregó García.
Con base en esta situación, el shopper reacciona frente a los canales de compra buscando la omnicanalidad, creando compras de reposición, fortaleciendo el canal moderno dado a la búsqueda de promociones, teniendo diferentes opciones en los precios que permitan la comparación, destacando diferenciales y haciendo seguimiento a las estrategias para tomar correctivos en el camino.
En el mismo sentido, el consumidor está buscando la forma de navegar a través del aumento de precios y reducir el gasto mediante la disminución en la compra, búsqueda de productos más económicos e identificación de establecimientos más económicos.