El boicot publicitario contra Facebook deja el saldo de 500 empresas que suspendieron su participación en la plataforma y la amenaza de que la iniciativa #StopHateforProfit se vuelva global.
El movimiento ha tenido su impacto en las agencias multiculturales, donde algunos clientes comienzan a unirse a la acción local.
“Uno de nuestros clientes pidió nuestro POV y está considerando unirse al boicot a Facebook. Como ya hay muchas marcas importantes que se están uniendo, los demás anunciantes lo están considerando seriamente” cuenta Aldo Quevedo, principal, creative director de LERMA.
El reclamo llega en un momento álgido de la discusión en EE UU sobre la necesidad de moderar y controlar de alguna forma los contenidos en las redes sociales, para evitar desde las falsas noticias hasta los discursos de odio.
“Me parece que las marcas están pareciéndose cada vez más a los políticos, tomando la posición que más les convenga (o menos las afecte) ante los ojos de la gente. La reacción de los anunciantes puede ser motivada por la presión de los consumidores, que a su vez boicotearían a las marcas que sigan anunciándose en la plataforma. Claramente, también habrá casos en donde esta decisión se tomó por considerar que era lo correcto, y por los principios morales de las compañías. En cualquiera de los dos casos, lo que queda muy claro es la influencia de la gente, que usa el poder de su bolsillo para expresar su opinión de lo que espera de sus marcas preferidas” señala.