Doug Atkins, director de estrategias de Merkley Newman Harty
(Mary Avilés, Miami Beach). Si bien en tiempos remotos e inclusive no tanto, hablar de cultos era hacer referencia a algo negativo y hasta oscuro, pero, como explicó Doug Atkins, director de estrategias de Merkley Newman Harty durante su intervención en los Clio 2003 en Miami Beach, hoy en día ni todos los cultos son malos ni todos sus seguidores son lunáticos.Muy por el contrario son personas, en su mayoría normales, que quieren diferenciarse del resto, perteneciendo a una comunidad. Aunque suene paradójico, ése es uno de los componentes del culto y una de las estrategias a echar mano para crear lealtad de marca.Como las fraternidades de motorizados que comparten mucho más que una moto llamada Harley Davidson o los usuarios de Apple, enemigos acérrimos de las PC, son sólo algunos ejemplos de cómo la fidelidad a una marca puede llegar a convertirse en un culto, con toda la fuerza que esto significa.Y qué más puede pedir un producto que lealtad incondicional, que más que consumidores tenga seguidores incondicionales. Atkins presentó las características de los cultos y con ejemplos de prácticos explicó cómo se puede utilizar la necesidad de los consumidores de ser individualistas, diferentes, pero a la vez ser aceptados por otros que piensan igual a él, para crear una ideología detrás de un producto, una iconografía y hasta ritos.Como todo, no siempre es posible crear un culto, pero conocerlos es también una buena herramienta para competir contra ellos.