La directora creativa de Casanova//McCann,
Angélica Portillo, señala a una persona como su inspiración para ingresar a la
publicidad creativa.
“Es mi mamá” dijo en tono de broma la
creativa a Adweek para Creative Flavor, una nueva serie realizada en
conjunto con PRODU y el Círculo Creativo USA. “Ella es muy ingeniosa y nos
empujó, a mi hermana y a mí, al mundo creativo”.
Con una madre imaginativa y crecer en la
fluorescente década de los 80, Portillo siempre estuvo destinada a vivir la
vida de una artista. Cuando llegó al sexto grado, ya había decidido dedicarse
al diseño gráfico. Más tarde, obtendría una licenciatura en creatividad y
publicidad.
“Mi experiencia es demasiado pop, así que
soy muy neón y mi chispa se enciende viendo comerciales de televisión en MTV,
leyendo revistas y coleccionando carteles, y recortando esas revistas para
crear mis pancartas editoriales”.
Rápidamente aprendió que podía usar sus
talentos para dar forma a visiones del mundo y generar cambios. Ninguna campaña
dejó más claro ese potencial que su trabajo con la revista masculina Maxim,
alrededor de 2015, cuando lanzó una campaña pictórica que destacó los
principales momentos de la historia liderados por mujeres.
“Todavía estoy muy orgullosa [de esa
campaña]” dijo. “Porque traté de demostrar que nosotras, como mujeres, debemos
ser reconocidas en función de quiénes somos en lugar de cómo lucimos, un golpe
al patriarcado”.
Tienes que luchar
La mayor lección que aprendió de la campaña de Maxim: “Como creativos,
somos del tamaño de nuestras ideas” dijo Portillo, “y estas son un reflejo de
lo que somos y de nuestras creencias”.
Debido a esto, es importante que los
creativos aboguen ferozmente por su visión. Agregó: “He aprendido [que tienes]
que luchar hasta que [ves] tu campaña al aire”.
Su cliente ideal: puede parecer una tarea
difícil, pero Portillo busca trabajar con clientes que estén listos para, en
pocas palabras, “salvar el mundo”. Y por una buena razón.
“Tenemos a las marcas, pero todos quieren
buscar ganancias en lugar de generar un movimiento real sobre lo que importa,
como ir en contra de la violencia contra las mujeres, reducir la brecha entre
el salario de mujeres y hombres, rechazar los libros prohibidos y abogar por la
comunidad LGBTQ+” explicó. “Pero algo impactante, no una lavada de cara social
o cultural, verde, rosa o perseguir los premios en Cannes y luego olvidarse
después del festival”.