(María José Álvarez, Madrid). Canal Hollywood y la agencia de publicidad madrileña Sra. Rushmore obtuvieron un Sol de Oro, el máximo galardón del Festival de Cine Publicitario de San Sebastián en la categoría de Medios de Comunicación, por sus tres anuncios, Taquilla, Sala y WC, que llevan emitiéndose en las salas de cine españolas y en los canales de Multicanal, desde hace tres semanas.El objetivo de estos tres anuncios es demostrar que para ver una buena película lo mejor es el gran cine de Hollywood, precisamente lo que ofrece este canal. Los spots reflejan, en distintos ambientes y lugares, la situación de un muchacho que es convencido por sus amigos para ir a ver una película del cine experimental europeo. Cuando está en el cine, el protagonista se da cuenta que, por mucho experimento, revolución y creatividad que pueda tener el cine experimental, para ver una película buena y disfrutarla, lo mejor es el “Canal Hollywood, eso que tú llamas cine”, tal y como dice su eslogan.Canal Hollywood es un canal temático producido por Multicanal, que emite una programación completa de 24 horas diarias de cine en todas sus variedades: películas, tv movies, cortometrajes, entrevistas con actores y directores, reportajes sobre rodajes, etc, en multidifusión. Se emite a través de Vía Digital y de distintos operadores de cable, como Ono, Madritel, R, Tenaria, Euskatel, Telecable o Retecal; en Portugal puede verse a través de TV Cabo.Sra. Rushmore es una agencia madrileña, creada en octubre del año pasado, por altos directivos de la gran empresa Tiempo BBDO, que nace para hacer un tipo de publicidad valiente y transgresora, basándose en la fuerza de las ideas. El original nombre procede de una campaña de 1997 para Pepsi que Miguel García Vizcaíno, Roberto Lara y Marta Rico (los fundadores) hicieran cuando estaban en Tiempo BBDO. El spot se titulaba El cambiazo y mostraba a una viejecita agradable, de aspecto anglosajón llamada la Señora Rushmore. La gran innovación de este anuncio, que convirtió a Tiempo BBDO en una de las agencias pioneras en la publicidad interactiva, fue que ofrecía a la audiencia la posibilidad de darle un final al anuncio, a través del correo electrónico. La Sra. Rushmore pasa entonces a tener un millón de personalidades ideadas por el público: desde una dulce abuelita hasta una psicópata o un extraterrestre reencarnado en anciana. Cuando se les pregunta a estos jóvenes creativos y emprendedores por qué le han puesto a la empresa el nombre de un personaje de una de sus campañas, responden “porque si queríamos anunciantes valientes, que nos aprobaran campañas valientes, teníamos que ser capaz de dar un paso así”.