El gobierno uruguayo ha dado luz verde a Google para la construcción de un centro de datos en el Parque de las Ciencias, ubicado en Canelones, tras un prolongado período de negociaciones. No obstante, la aprobación está sujeta al cumplimiento de siete rigurosas regulaciones impuestas por el Ministerio de Ambiente, con el objetivo de minimizar el impacto ambiental y asegurar la sostenibilidad del proyecto.
Entre las principales condiciones, Google deberá actualizar su Plan de Gestión Ambiental antes de iniciar las obras. Este plan debe contemplar estrategias detalladas para el manejo de residuos, control del tráfico durante la construcción, relaciones con la comunidad y gestión de efluentes. Además, se prohíbe el uso del camino Gonzalo Gonchi Rodríguez, cercano al sitio de construcción, para evitar problemas de tráfico y molestias a la comunidad local.
El proyecto debe ejecutarse estrictamente según los documentos presentados y aprobados por el gobierno, sin modificaciones que contravengan las condiciones establecidas. En caso de que Google desee realizar cambios, deberá notificar previamente a la Dirección Nacional de Calidad y Evaluación Ambiental (Dinacea), que evaluará su aceptabilidad.
Una vez comenzadas las obras, Google tendrá 45 días para entregar un cronograma detallado y los resultados de los primeros análisis de monitoreo ambiental. Durante la operación del centro, los registros de estas actividades deberán estar siempre disponibles para las autoridades uruguayas. Si se detectan impactos ambientales no previstos, Google estará obligada a implementar medidas de mitigación aprobadas por Dinacea.
Otra condición clave es el plazo para iniciar la construcción: si Google no comienza las obras dentro de los próximos dos años, la autorización podría ser revocada. Esto subraya la importancia de un cronograma riguroso y del cumplimiento de las regulaciones establecidas por el gobierno uruguayo.
El centro de datos, que se espera genere hasta 800 empleos en su fase de construcción y unos 50 puestos permanentes una vez operativo, será un hito en la infraestructura tecnológica de Uruguay. Además, contará con un sistema de refrigeración que no utilizará agua potable, alineándose con los esfuerzos globales de Google por reducir su impacto ambiental.
Este proyecto reafirma la posición de Uruguay como un hub emergente para la tecnología en América Latina y establece un precedente en cuanto a las exigencias regulatorias y ambientales que acompañan a las grandes inversiones tecnológicas en el país.