De origen venezolano, con siete años radicando en México, el actor Luis Vegas se enfrenta a su primera apuesta cinematográfica con la película La arriera, de la directora Isabel Fregoso, que fue parte de la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Guanajuato, en donde su protagonista habló sobre esta historia y la importancia que tiene la industria audiovisual mexicana en su carrera, considerándola una puerta de oportunidades.
“Es una historia con la que conecté profundamente y haber estrenado en dos festivales me hace sentir dichoso de estar en un proyecto que también aplaude y hace referencia al cine de oro, además de apostar por una historia queer, de dos chicas que están en ese contexto y se le da esa visibilidad a ese tema lésbico, o un personaje como el mío que está condicionado a la voz paternal, que toma una serie de acciones equivocadas, marcadas por su adolescencia y un ser perdido y lastimado” expresó.
En relación con su personaje, dijo que muchas de las cosas que se abordan en esta cinta aún continúan vigentes, tales como el patriarcado: “Hubo muchas referencias de mi personaje que las lleve a la vida real, que me llevaron a ese lugar”.
MÉXICO, UNA BALSA PARA NAVEGAR EN LA INDUSTRIA AUDIOVISUAL
Aun cuando su carrera comienza en el cine y tiene raíces en el teatro, Vegas dijo que la industria en Latinoamérica tiene mucho por crecer: “Hay muchas cosas que puntualizar, que aprender, hay carencias, pero México es un país que me brindó esa balsa para navegar, porque vengo de un país en el que, desde que nací, está el mismo gobierno, y jamás hubiese hecho una película allá porque le lleva muchos años lograrlo. Las instituciones que brindaban apoyos a la cultura desaparecieron y por eso veo a México como una industria grande e importante, en cuanto a oportunidades y posibilidades artísticas”.
Sobre los proyectos que aquí se realizan, opinó que las propuestas son más arriesgadas, “en cuanto a narrativas se están contando cosas que hace 10 o 15 años nadie hubiera arriesgado en términos comerciales, a contar o decir, pero cada vez hay más personajes disidentes, historias que focalizan sectores minoritarios, de migrantes, hay mucho que hacer, pero vamos en buen camino”.
Consideró al drama como su género favorito, pues “me estimula mucho como actor. Pero me gustaría experimentar también con el terror. En cuanto a formatos, las series son interesantes, pero el cine me conmueve más, porque he hecho proyectos con una intención específica, me involucran más las independientes, que no son para complacer a alguien”.
Dijo que existe una gran generación de nuevos talentos, que ven en las plataformas una gran oportunidad: “El hecho de que haya tantas ofertas laborales, posibilita que todos tengamos empleo”.
Finalmente, además de La arriera, el actor estrenará en diciembre la serie El poder de los girasoles, original de Disney+, “en donde soy un chico de bailar hip hop que sufre una caída que lo lleva a estar en silla de ruedas” y otra para Netflix, además de la película Los demonios del amanecer y una obra de teatro.