Filmada en la Sierra Tarahumara, la película Jíkuri: Viaje al país de los Tarahumaras, fue uno de los proyectos que se mostraron en la edición 39 del Festival Internacional de Cine de Guadalajara; ahí, una de las productoras del fondo de producción, Jana Díaz, conversó sobre este trabajo alrededor de este proyecto y la intención de llevarlo a las comunidades de la Sierra en Chihuahua.
“Es una película en la que he estado más tiempo en rodaje, en comparación de mis anteriores trabajos, y eso lo hizo enriquecedor para entender bien los diferentes procesos. Era filmar con una comunidad que tiene otro idioma, donde se necesitaron intérpretes culturales y entrar con una sensibilidad y cuidado. Entender que es una comunidad de la cual primero tuvimos que ver sus valores, cómo trabajan, cómo se relacionan y a qué le dan importancia, a partir de ahí, estructuramos” comentó.
En cuanto a distribución, explicó que la intención es llegar a las salas en febrero y darle un viaje internacional, además de poder llevarla a la Sierra, a las comunidades que no tienen acceso al cine y que, al final, son protagonistas de estas historias: “Queremos hacer un cine itinerante, porque hay muchos municipios que participaron y que deben verse”.
Sobre los proyectos que impulsan y visibilizan problemáticas sociales y comunidades originarias, Díaz detalló que existe un movimiento alrededor de esto, y ella, desde Los Ángeles, hace “proyectos con las comunidades, que son la gente primigenia de este país, y hay un deseo de mirar hacia atrás, en donde hay una serie de enseñanzas que podemos tomar como un proceso de reparación histórica”.
Afirmó que son una compañía radicada en Los Ángeles, con un modelo de financiación soft money, a quienes les interesa mucho el cine de latinoamericano. “Nos centramos en óperas primas y nuevas voces para crear o redondear un equipo de producción nuevo, con visión más amplia y con experiencia en la industria”.
LA IMPORTANCIA DE LOS FONDOS DE APOYO
Adelantó que la productora se encuentra en un proceso de transición hacia el multimedia, y ella, personalmente, está preparando un proyecto con la cultura indígena en Los Ángeles, como performance, activismo y organización. Pero Amplitud se crea por la necesidad de conectar con Latinoamérica, porque no interesaba el cine. En EE UU hay un cine difícil de financiar y prácticamente imposible de hacer. En España, Europa, México y Colombia hay acceso a ayudas del Estado para hacer proyectos cinematográficos y eso permite que haya películas y se cuenten historias desde diferentes puntos de vista” y dijo que aun cuando el mercado estadounidense tiene mucho qué contar, los cineastas no tienen acceso a fondos para llevarlas a la pantalla grande, “ahí tenemos un gran mercado por explorar”.
Finalmente, opinó sobre las plataformas streaming como pantallas de difusión del cine, y puso de ejemplo a España y la apertura que se dio con la llegada de diferentes plataformas que provocaron un boom de producción: “Hay cosas positivas, mucha gente trabajando y se ha creado una industria, pero ahora, hay una reducción financiera en muchas de ellas y nos ponemos a pensar qué pasará cuando cierren y también lo hagan con el financiamiento que dan, esa gente se quedará sin trabajo. En España me preocupa mucho, y en México puede que esto esté sucediendo también.
La producción está a cargo de Edher Campos, Jana Díaz y Pau Brunet, bajo la dirección de Federicho Cecchetti. La casa productora central es Machete Producciones, con el apoyo de Focine e Imcine. Está contada en idiomas francés y rarámuri. Es una historia de drama, history y fantasía.
Sinopsis: Al abandonar prematuramente el ritual del cactus sagrado y regresar a Francia, el poeta Antonin Artaud pierde una de sus tres almas. Su vida quedará entretejida con la del corredor tarahumara Rayénari, quien le ayudará través de los sueños a recuperarse, hallando ambos en este viaje su verdadero camino.