(Nota publicada el 17 de diciembre) (Ezequiel Iacobone). Luego de años de debates entre los diferentes estándares de TV digital terrestre, donde se jugaron intereses económicos y políticos, este año Sudamérica terminó apostando, en su mayor parte, por la norma japonesa ISDB-T en su variante brasileña (ISDB-Tb), que cuenta con la última generación en tecnologías de compresión (MPEG-4) y el middleware abierto Ginga, 100% brasileño.Tras la fuerte irrupción inicial de los estándares estadounidense ATSC (México, Honduras, El Salvador, República Dominicana) y europeo DVB-T (Colombia, Uruguay, Panamá), la norma japonesa ISDB-T terminó ganando la batalla en gran parte del subcontinente con las adopciones en Perú, Argentina, Chile, Venezuela, Ecuador, Costa Rica, Paraguay y Bolivia.Incluso comenzó a librar esta batalla en otros continentes, con la adopción de Filipinas, segundo país de Asia después de Japón en contar con esta tecnología; y las negociaciones con 15 naciones africanas. En ese sentido, el Foro Brasileño de TV Digital (Fórum SBTVD) y la Asociación Nacional Sudafricana de Fábricas en Componentes Electrónicos (Namec, por sus siglas en inglés) ya firmaron un protocolo de intenciones en caso de que este país adopte la norma.Las decisiones a favor de ISDB-Tb reafirmaron el estatus de potencia económica y tecnológica de Brasil, imponiendo en Sudamérica un sistema, que si bien es japonés en su origen, fue modificado con know how propio.Por eso en la Sociedad Brasileña de Ingeniería de Televisión (SET) es inocultable el interés por la exportación del sistema, un factor no menor en la creación de una economía de escala que haga descender aún más los precios de los set-top-boxes.